Masacre en Madrid: No me creo que haya sido ETA
Madrid es hoy una ciudad tomada por el ruido de sirenas de ambulancias y patrullas policiales. Una masacre, aparentemente sin objetivo político y sin previo aviso ha sido llevado a cabo esta mañana, tres días antes de las elecciones presidenciales.
Las bombas han explotado en el tren de cercanías, repleto de ciudadanos de clase obrera y estudiantes.
Triple objetivo político del Poder
El primero, el PP y los grandes grupos a los que favorece su gestión aplauden el atentado, porque beneficia la política de mano dura llevada a cabo por el gobierno y le hará aumentar sus votos en las elecciones.
El segundo, dará peso a la demagogia españolista y debilitará el tripartito catalán de centro-izquierda.
El tercero, esta catástrofe seguramente restará fuerza al desestabilizador voto nulo e ilegal de Autodeterminazioa Orain.
La masacre, herramienta de lucha política
A pesar de que la prensa corporativa y el gobierno no dudan en adjudicar el atentado a ETA, yo no me lo creo. Ningún abertzale puede apoyar una masacre de estas características. Si aceptamos que este atentado ha sido obra de ETA, negaríamos automáticamente su esencia popular. La tregua parcial en Catalunya era una herramienta de presión, pero este genocidio no beneficia a ETA en ningún caso.
Por otro lado, el Poder ha demostrado en varias ocasiones que la catástrofe sin sentido le beneficia política y militarmente.
Con el genocidio se ganan una guerra en Afganistán, se recuperan votos para entrar en el Euro, se ganan unas elecciones.
Desde la izquierda, la catástrofe sin sentido nos hunde moralmente ante los poderosos y supone nuestra tumba política.
Si bien no hay la menor prueba de nada todavía, sólo espero de veras no equivocarme. Preparémonos para un huracán mediático y represivo estos días. No me creo que haya sido ETA y sí me creo perfectamente que haya sido el estado español o sectores de ultraderecha vinculados a él.