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Madrid :: 05/10/2005

La Haine entrevista al Movimiento de Izquierda Alternativa (MIA)

La Haine - Madrid
Entrevistamos al MIA, organización política madrileña que surge de un proceso de ruptura con Izquierda Unida, para exponer a debate sus posturas ideológicas y sus prácticas.

El MIA se define como "un movimiento político y ciudadano de izquierdas, en el que convergen socialistas, comunistas, anarquistas, cristianos de base, ecologistas y, en general todos aquellos ciudadanos que se sitúan política e ideológicamente a la izquierda de la socialdemocracia y que se oponen a las políticas de derechas independientemente de las siglas de quien las practique". Sin embargo, algunos colectivos de la izquierda extraparlamentaria madrileña critican, entre otras cosas, que esta organización participe en las elecciones burguesas. Desde La Haine-Madrid hemos pedido al MIA que se posicione ante estas cuestiones, de cara a que todos podamos conocerles mejor.

1. En el año 2003 el MIA consiguió dos concejales en la localidad en la que nació, Mejorada del Campo (a 17 km de Madrid), según vosotros, gracias a vuestro programa: EL CO-GOBIERNO VECINAL. ¿De qué trata esta propuesta?

El MIA es un partido recién nacido y consciente de su pequeño tamaño, con implantación en varios pueblos de la periferia de Madrid, con dos concejales en Mejorada del Campo y con una afiliación decidida a no repetir los incumplimientos y renuncias de los grandes partidos que se reclaman de la izquierda sin serlo en la práctica.

Desde la transición sin ruptura con el franquismo hemos visto que -salvo excepciones- las formas de gobierno representativas acaban actuando en nombre y a la vez en contra del pueblo alejándose de él, abandonando los intereses colectivos y, sobre todo, alejándose de los intereses de la clase trabajadora. Estos partidos, con más o menos descaro, han asumido como propias las políticas neoliberales en los cuatro niveles: internacional, estatal, autonómico y local. Se han convertido en muros de contención para el sistema frente a la alternativa. Se han convertido en una izquierda irreconocible para esa parte de población que se siente sinceramente identificada con el socialismo a quienes han dejado sin estructuras orgánicamente fuertes con las que dar la batalla política. Hemos visto como de manera uniformemente acelerada los grandes partidos de izquierda nos han defraudado convirtiendo la lucha en un chalaneo encaminado a garantizar el dominio de los poderes conservadores de siempre.

Con este panorama, y reconociendo nuestras muchas limitaciones, entendimos que por encima de retórica hueca y huyendo de planteamientos "redentores", había que intentar recuperar la lucha y entregar la palabra a la gente allí donde estuviéramos -por el momento en el primer peldaño de la política, en la política local- para que fuese el pueblo quien estableciera con voz y voto permanentes no sólo las formas y estructuras de su propio gobierno, sino el contenido y las prioridades de actuación política. En resumen: que el pueblo estableciera su propio programa y método de gobierno, haciéndolo de forma directa, permanente y colectiva como parte del proceso revolucionario.

2. Lanzar una propuesta política a la población a través de una campaña electoral, ¿no es una forma de construir la democracia de arriba a abajo? ¿Consideráis que las urnas son un instrumento válido para lograr cambios profundos en la sociedad?

Como pequeña minoría, nuestros márgenes son muy estrechos para alcanzar nuestros objetivos políticos. Es muy difícil promover nuestra propuesta teniendo enfrente los intereses y métodos de un sistema institucional que ya tiene su "menú democrático" resuelto y que no admite cambios ni alternativas políticas, ni de fondo ni de formas. Pero frente a esa realidad, sabemos que un pueblo que se autogobierne de forma directa y democrática supone una derrota en el corazón de esta democracia burguesa alejada del pueblo, y por eso intentaremos la implantación del modelo popular-participativo donde podamos porque lo entendemos como una etapa importante en el proceso de lucha por el socialismo.

Por tanto, para quienes desde esta lucha trabajamos por la democracia directa, es injusto que se diga que construimos la democracia desde arriba por presentarnos a elecciones. Y además es contradictorio, porque siendo como somos, conseguir llevar la lucha por el socialismo a las instituciones burguesas aquí y en las actuales condiciones, nunca puede significar ni una claudicación ni una adaptación al sistema, sino un logro en su contra. Seríamos criticables si nuestra actitud política fuera dócil y sumisa, pero quienes nos conocen saben que no hay nada más lejos de la realidad. El MIA no debe renunciar a las urnas -en principio locales, allí donde hayamos creado un sustrato favorable-, como parte de nuestra presencia en los demás frentes de trabajo. Recordamos el papel de las elecciones locales en la proclamación de la II República, y que las urnas permitieron gobiernos como el del Presidente Allende y el del Presidente Chávez. En su camino hacia el socialismo y frente a la partitocracia burguesa, la izquierda no puede abandonar el ámbito de lucha más cercano: el ámbito local. En las actuales circunstancias sería un error.

Nosotros también pensamos que las urnas en según qué modelo de democracia no son un instrumento válido para lograr cambios profundos en la sociedad. Pero si introducen cambios -aunque sean pequeños- ya están abriendo camino. No concurrir aleja cualquier expectativa de influencia en una sociedad como la actual que tiene muy asumido el presente modelo de democracia y que no está muy dispuesta a alterarlo ni implicarse en la política. Por eso es necesario que se visualice, que se perciba una alternativa. En 2003 las urnas dieron al MIA-Mejorada la oportunidad de ponerle las cosas muy difíciles al sistema tradicional de partidos. PSOE, IU y PP, hoy están permanentemente presionados y enquistados en una especie de "tripartito" con sus 15 concejales, frente a los escasos 2 concejales del MIA. ¿Tiene o no tiene importancia un hecho como este?

Sin presencia en todos los frentes de lucha, ni el MIA ni ninguna otra fuerza política alternativa conseguiría extenderse en un plazo de tiempo razonable en la actual coyuntura, si bien sabemos -porque lo hemos sufrido- que las elecciones están llenas de vicios, de desigualdad entre participantes, de mercadotecnia y falsedad, trucos, trampas y sabotajes que las pervierten hasta convertirlas en una "democrática burla" en la que siempre perdemos los humildes. Pero son una práctica política aceptada por la actual población y esa población es a la que hay que concienciar, convencer y ganarse. Y esto hay que valorarlo. Aunque hoy no somos una gran fuerza, tenemos que intentar modificar las actuales condiciones antidemocráticas del sistema que practica el actual modelo electoral, un modelo influido por la oligarquía e implantado a golpe de años, de costumbre y de solemne y santa propaganda.

3. ¿Qué actitud han mostrado el resto de partidos de Mejorada del Campo ante vuestras propuestas?

Su respuesta ha sido mostrar la misma ferocidad con la que reacciona el sistema cuando un comensal "non grato", se sienta en "la mesa de los elegidos". Las exclusiones, amenazas, prohibiciones, negativa a entregar documentación pública, violencia verbal, el acoso y la discriminación de nuestra portavoz y de nuestro partido y una interminable lista de agravios han sido la respuesta.

Por cosas de este tipo, el gobierno PSOE+IU local, desde el principio castigó a nuestra portavoz y a nuestro grupo en represalia a nuestra acción política. No han sido capaces de digerir ni nuestros resultados del 2003, ni nuestras propuestas, ni nuestro estilo de hacer política junto al movimiento vecinal. En temas importantes PSOE+IU+PP votan lo mismo. No nos permiten aparecer en la prensa municipal. Incluso en el colmo del ridículo, incluso IU vota en contra de resoluciones aprobadas por sus órganos federales, como ocurrió en el caso de la Constitución Europea. Ninguno de los asuntos principales del municipio es consultado previamente al MIA, ni siquiera por esa misma cortesía que circula entre ellos. Pese a su número y poder conjunto, el trío PSOE+IU+PP ha eludido el debate y lo ha sustituido por desprecios, imposiciones, chulería y malos modos en los plenos municipales donde, refugiados en esa amplia mayoría, abusan sin cortarse un pelo al más viejo estilo franquista, hasta convertirlos en un espectáculo bochornoso que muestra lo peor del sistema caciquil-franquista con el que se gobiernan la mayoría de los municipios.

4. En vuestro programa defendéis una mayor "seguridad ciudadana" y exigís el aumento de "efectivos y medios". ¿Consideráis que es más importante para la seguridad el aumento de efectivos policiales que el aumento de la justicia social?

Espinoso tema sobre el que nosotros, la izquierda reivindicativa reprimida tantas veces, parece que deberíamos eludir o rechazar, pero no lo vamos a hacer.

Veamos. Nuestras queridas Cuba o Venezuela ni renuncian a la protección/ayuda al ciudadano, ni a la policía. Otra cosa muy distinta es la existencia de una policía represiva al servicio del sistema capitalista, algo radicalmente incompatible con nuestra percepción política. Seguridad no significa sólo policía, sino apoyo a los débiles o damnificados. La falta de seguridad ciudadana ha sido una constante histórica en el pueblo en el que nació el MIA. Pero no nos referimos sólo a la protección policial, sino especialmente a la cobertura en situaciones de emergencia frente a todo tipo de riesgos catastróficos y medioambientales, para los cuales ni existen planes conocidos de contingencia o evacuación, ni medios, ni hasta ahora técnicos o funcionarios suficientes, pese a la situación de riesgo permanente

En relación con la pregunta, entendemos que, por supuesto, la justicia social es la lucha básica, irrenunciable y prioritaria. La formación cívica lo es en otro escalón y como fruto de esa formación cívica estaría la solidaridad ciudadana, la ayuda mutua, el respeto a la convivencia y esa serie de circunstancias que hacen que una sociedad minimice al máximo la existencia de efectivos de protección civil, medioambiental y policial. Pero el objetivo de la autoprotección y autoayuda popular sólo se conseguirá cuando el pueblo sea capaz de alcanzar las más altas cotas de socialismo.

5. ¿Cómo os financiáis? ¿Recibís subvenciones del estado?

¿Os imagináis al Estado financiando al MIA? Pues nosotros tampoco. No, no hay ayudas y menos del Estado. Únicamente nos correspondieron algo menos de 600€ por los resultados electorales del 2003 después de tener que presentar papeles y más papeles. Y se acabó. La verdad es que cada día nos levantamos preguntándonos hasta cuando vamos a resistir económicamente. Estatutariamente no podemos tener locales (entendemos que suelen ser causa de infinitos casos de corrupción de partidos políticos). El partido sólo se financia con las cuotas de afiliados y una caseta en las fiestas (cuando podemos ponerla).

Los concejales del MIA están represaliados por el gobierno del PSOE+IU (con el silencio del PP) y se financian con los poco más de 200 € al mes que reciben como asignación para cubrir sus gastos administrativos, comunicaciones, transporte, materiales y, sobre todo, abogados, en un municipio que se acerca a los 21.000 habitantes y a los 2.500 Millones de Ptas. de presupuesto anual. El MIA es el único grupo municipal a cuya portavoz se le negó la retribución que sí obtienen PSOE, IU y PP. Así actúa el sistema con la izquierda alternativa: NI AGUA. Nos quieren ahogar económicamente para que no podamos ejercer nuestra labor política de oposición. Y dado que todos sabemos lo difícil que es cobrar las cuotas, podéis imaginaros las estrecheces con la que nos movemos. A cambio hay mucho ahorro y mucha implicación personal de algunos militantes -como ocurre en todos los colectivos- quienes aportan lo que saben y lo que pueden en un duro trabajo militante. Nos hacemos nosotros mismos los materiales (banderas y pancartas) y la propaganda (web, grabaciones, boletines y folletos) y nos reunimos en locales públicos o municipales.

6. ¿Vuestro principal frente de lucha está en la calle o en el parlamento?

Nuestro principal frente de lucha está en la calle, en la política de base y junto al movimiento vecinal. Está resultando épica la lucha contra la especulación urbanística y contra uno de los mayores depósitos de veneno industrial de toda España. En nuestras poblaciones (Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Mejorada), organizamos diversas actividades de debate e información social alternativa y allí hemos sido quienes hemos liderado la lucha contra la Constitución Europea, Contra la Guerra de Iraq y Afganistán, por la III República, por la Recuperación de la Memoria Histórica, el apoyo a Cindy Seehan, contra la precariedad, etc. El Parlamento queda muy lejos de nosotros en todos los sentidos.

7. ¿Qué relaciones mantenéis con otros colectivos y organizaciones extraparlamentarias?

Parte de nuestros afiliados lo son también del colectivo Corriente Roja. Recientemente hemos participado en la candidatura por el "NO A LA CONSTITUCIóN EUROPEA, Por una Europa de los Trabajadores y los Pueblos" junto al PCPE y Lucha Internacionalista, con quienes mantenemos fraternales relaciones. Apoyamos al Movimiento Popular contra la Monarquía y por la III República, en movilizaciones y actos como los que próximamente tendrán lugar en Salamanca. Hemos promovido la creación de las Plataformas Antiespeculación de Mejorada del Campo y Alcobendas-Sanse junto a las AAVV y otras organizaciones de estas localidades. También estamos presentes en el movimiento ecologista de las zonas Norte y Este de Madrid en solitario frente a los depósitos de seguridad de veneno industrial de San Fernando de Henares y frente a las agresiones medioambientales en Sanse. Formamos parte del colectivo CCCP, (Colectivo de Comunicación y Cultura Popular) dedicado a la grabación de documentales político-sociales. Algunos de nuestros militantes colaboran con el CAUM.

8. ¿Incorporáis el concepto de "lucha de clases" en vuestra organización? ¿Creéis en la democracia participativa o en la democracia socialista y revolucionaria?

El MIA no tendría sentido sin entender la lucha de clases como algo ligado a nuestra existencia. Así lo entendemos: muy modesta, pero muy sinceramente. A partir de ahí intentamos la máxima coherencia entre pensamiento y acción, a diferencia de lo que hacen los partidos supuestamente de izquierda que están entregados al sistema. Con esto ya se puede deducir nuestro perfil. Y creemos que esta misma coherencia y claridad debería valer para cualquier organización o partido que diga que lucha por el socialismo. En este régimen supuestamente democrático se ha impuesto un modelo de democracia vertical que pervierte la realidad y hace creer que el poder lo administra el pueblo. Los partidos de la supuesta izquierda parlamentaria y las grandes organizaciones sindicales se han sumado a esta farsa. Pero como todos sabemos, las clases sociales siguen ampliando sus distancias y siguen creciendo privilegios, injusticias, explotación y precarización. No se puede luchar por el socialismo si no se tiene presente lo que está presente: la existencia de clases y su antagonismo. En esa confrontación entendemos necesaria la democracia participativa como negación del actual sistema y como una etapa de concienciación y autoorganización social camino de una democracia revolucionaria.

9. En la carta en la que varios miembros de MIA presentasteis vuestra dimisión como miembros de Izquierda Unida (IU) sólo alegábais problemas metodológicos antidemocráticos. No dijisteis nada de la política claudicante de IU, ya desde hace mucho como fuerza orgánica del poder, "para no alargar el escrito". ¿El problema de IU es de forma o de fondo?

Dijimos lo que teníamos que decir sobre la política claudicante de IU a lo largo de los numerosos enfrentamientos previos a nuestra marcha. En diversos escritos internos y publicaciones externas acusamos de derechización y graves irregularidades a IU. Por tanto nadie en IU pudo alegar desconocimiento sobre el sentido ideológico de nuestra ruptura. Pero es que además de esto hubo razones metodológicas, antidemocráticas, éticas, morales, etc...

Pero ciñéndonos a vuestra pregunta, consideramos tanto entonces como ahora (y ahora con más motivos que hace tres años), que el problema de IU es tanto de forma como de fondo. Ya entonces -antes de abandonar IU-, considerábamos que IU representaba dos mentiras: ni era de izquierdas ni estaba unida. Había abandonado a la clase trabajadora y la había desunido, al igual que había hecho con su propia organización. Y buena parte de culpa la tuvo esa clase dirigente que prefirió la moqueta a la lucha y que optó por sacarle un rendimiento personal al cargo en vez de dedicarlo a amplificar la lucha de clases en el ámbito político para el que habían sido elegidos. IU dejó de ser un instrumento de lucha para pasar a ser una muralla más a favor del sistema. Y así sigue. Para ello ha tenido que renunciar a todo aquello por lo que supuestamente nació y para hacerlo posible creó una estructura dirigente bastante impermeable y endogámica que desplegó todo un abanico de inmoralidades e incumplimientos estatutarios ajenos a una organización seria que respeta a su militancia. Por tanto, fondo y forma están en las causas no sólo de nuestra marcha sino de la decadencia de una fuerza política que pasó de ser referente de la clase trabajadora a una fuerza ladrillera e instrumental al servicio de un PSOE siempre dispuesto a poseer el poder y eliminar cualquier vestigio de socialismo en el mapa político español.

10. Asi mismo, en vuestro manifiesto planteais que IU "cambia de rumbo" a partir del año 2000. Sin embargo, entre otras cosas, IU aceptó y asumió durante todos estos años los pactos de la "transición". ¿Consideráis valiosa la actitud política de IU antes del 2000?

Con todos los respetos para su militancia, creemos que de Asamblea en Asamblea General IU fue degenerando aceleradamente hasta devaluarse y convertirse hoy en una organización inservible para la izquierda. Para muchos militantes esa regresión llegó a convertirse en un conflicto permanente, en una evolución hacia la nada. Por eso nuestra presencia en IU siempre se situó en posiciones críticas y minoritarias (Plataforma, Corriente Roja), siempre con la vaga esperanza de poder convencer a los compañeros para reconducir la línea política de la organización por los derroteros de esa izquierda rebelde y antagonista que tanta falta hacía. Imposible. Enredados en mil conflictos estériles, IU se convirtió en una pesadilla. Y por las mismas razones por las que entramos, la tuvimos que abandonar.

Pese a la presencia de un dirigente como Anguita -con todas las críticas que su labor pudo merecer-, hacia 1996 muchos militantes percibimos que en IU no había intención alguna en cumplir con su propio programa, regenerar las direcciones y afianzar la organización como un colectivo independiente del PSOE. La mal llamada "política de alianzas" sólo lo fue con un PSOE derrotado que acusaba a IU desde todas partes (incluida PRISA) de hacer una pinza con el PP y acabar así con su imagen. Mucha gente se creyó esta trampa. Esta estrategia contra aquella IU servía para presionarla, torcer su personalidad y utilizar sus votos para que el PSOE, en nombre de no se qué izquierda, pudiera recuperar el espacio perdido que dejó la política de González. A esto se añadieron muchas concesiones en pueblos y comunidades a concejales de IU para meterlos en el "zurrón institucional" en base a un supuesto "programa de izquierdas" que nadie vio por ninguna parte ni en casi ningún sitio, pero que sumió a la organización en un turbulento debate terminal entre detractores y partidarios de pactos y alianzas en muchos casos ladrillero-urbanísticos. Eso quebró la cohesión interna y disparó los acontecimientos. El abrazo entre Frutos y Almunia y el pacto preelectoral del 2000 supusieron, al menos para nosotros, la gota que colmó el vaso. Y para nosotros ahí acabó la historia en IU, finiquitada con importantes conflictos en el municipio donde nació el MIA y cuyo exponente principal fue la destitución de los 6 concejales de IU en octubre de 2002 por pactar con el PSOE en contra de la Asamblea Local. Fueron protegidos por las direcciones de IU (tal como era previsible) y nos fuimos.

11. Después de la ruptura con IU, ¿qué vínculos mantiene el MIA con el Partido Comunista de España y qué valoración hacéis del papel que ha cumplido en la "transición" y cumple hoy en este sistema democrático burgués?

El MIA guarda un gran respeto y cariño al PCE previo a la transición. La mayoría de nosotros ha militado en dicho partido, aunque ya no mantenemos vinculación alguna con él. De forma individual, afiliados del MIA mantenemos contactos afectuosos con camaradas del PCE.

Creemos que el PCE que durante el franquismo fue ese tipo de partido grande y organizado, respetado y querido al que muchos hemos querido pertenecer, se equivocó en la transición y creemos que su actual situación -políticamente testimonial- es consecuencia de aquel error. De la mano de Carrillo, el PCE de los setenta entró en el juego de los pactos con el entramado político representante del capitalismo -malos pactos se podían hacer con semejantes acompañantes-, quienes desde el franquismo, la monarquía y el Departamento de Estado norteamericano preparaban la transición. Se renunció a buena parte de todo aquello por lo que tantos y tantos camaradas lucharon, sufrieron y murieron a lo largo del franquismo. Se aceptó una monarquía restaurada por Franco, y se renunció a la consecución de la República acogiendo la bandera monárquica y la democracia burguesa en base al concepto de reconciliación nacional y el miedo al golpismo (un miedo que sí han sabido superar chilenos y argentinos), se planteó el invento del "eurocomunismo" y se alteró la estructura organizativa del Partido, con lo que se desmoronó su sólida organización. Es decir, se hizo todo lo contrario de lo que la sensatez exigiría para sobrevivir como partido de masas. Se optó por desaparecer y se logró, si bien muchos de nosotros hemos luchado internamente para que esto no ocurriera. Pero esa ya es otra historia. Hoy el PCE, entregado a su "proyecto estratégico" -ya sólo en fase virtual-, IU, apenas si tiene relevancia en la política española y los comunistas y la clase obrera en general recordamos con nostalgia y cariño aquel gran partido, interiorizando el deseo de que otro como aquel devuelva la esperanza y la unidad a la clase trabajadora en su lucha histórica contra el capitalismo.

12. Para terminar, ¿cómo se posiciona el MIA frente al conflicto vasco?

El derecho de autodeterminación de los pueblos, de autogobernarse, de elegir el futuro, es algo que en las sociedades avanzadas y en el siglo XXI ni admite discusión, ni debe verse en sentido catastrófico. Recientemente Europa ha asistido a procesos de modificación de estados con bastante tranquilidad.

El pueblo siempre debe decidir, y cuando nos referimos al pueblo que debe decidir, en el caso de Euskadi nos referimos al pueblo vasco. No vale la trampa de que debe ser el pueblo español quien ha de decidirlo, puesto que por esa regla jamás existiría la posibilidad de emancipación de ningún pueblo debido a la existencia de las fuerzas centrípetas que lo imposibilitarían, entre ellas el nacionalismo del estado más grande.

Nosotros vemos los procesos tanto de Cataluña con su reforma estatutaria, como de Euskadi, como la vuelta al camino que truncó el levantamiento contra la II República, la guerra y la posterior dictadura franquista y, por tanto, como la constatación del agotamiento de una Constitución monárquica emanada de una transición sin ruptura. Sin embargo, desde el punto de vista del conflicto entre clases, que es el que más nos preocupa, somos pesimistas respecto a que las futuras formas de gobierno vascas o catalanas sean muy distintas de las que hoy gobiernan en el actual estado español. Ni el empresariado ni la burguesía vasca

o catalana creemos que van a ceder parcelas de poder y, por tanto, creemos que los cambios no impedirán que éstos continuen siendo territorios encuadrados dentro del modelo conservador-capitalista que hegemoniza el conjunto de las políticas de los estados europeos.

Añadimos que en el estado español y en medio de un sistema que se dice democrático, mantener opiniones como las de respeto a las decisiones de los pueblos vasco y catalán sobre su propio futuro, decisiones que no dependen de nosotros, en general suele acarrear conflictos. Discrepar del pensamiento único o ser políticamente incorrecto, equivale hoy a ganarse todo tipo de injustas exclusiones y descalificaciones. Y eso es todo un síntoma del estado de esta democracia.

Web del Movimiento de Izquierda Alternativa:
www.mialternativa.net

 

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