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Madrid :: 15/03/2016

Gobierno de coalición, ¿con o sin repetición de las Elecciones Generales?

Izquierda Castellana
La perspectiva de la formación de un gobierno de amplia base parlamentaria, que no social, entre los partidos defensores del Régimen del 78, es algo evidente

La perspectiva de la formación de un gobierno de amplia base parlamentaria, que no social, entre los partidos defensores del Régimen del 78, es algo evidente desde pocos días después de la celebración de las elecciones generales del 20D.

El PSOE, en una nueva traición a buena parte de su base social, renunció a encabezar un Gobierno de Cambio, para el que la matemática parlamentaria daba sobradamente y que además es el deseo que la gente expresó con suficiente claridad el 20D. Y renunció para construir un nuevo centro-derecha continuista con Ciudadanos, y presentarlo en sociedad a través de las posibilidades que da un proceso de investidura. Es una nueva creación del felipismo, prevista en una maniobra en dos fases: la primera con la conformación de esa alianza señalada y la segunda, el auténtico objetivo, la negociación de un acuerdo de Gobierno con el PP, con una cierta posición de fuerza.

 

Hay que reconocer que esa maniobra, para las circunstancias de total y absoluto deterioro institucional y descrédito social por las que atraviesa el Régimen del 78 y por las que a traviesa el propio PSOE, no está exenta de cierto ingenio e inteligencia política.

Ese proyecto de trabajo, articulado con la única finalidad de dar un periodo de supervivencia al Régimen monárquico-postfranquista, estaba calculado, tal como hemos dicho, para ser llevado adelante en dos fases: Una primera en la que estamos y una segunda, que tendría lugar después de la repetición de las elecciones generales a finales de junio, sobre la base de que los resultados electorales en esa nueva convocatoria, en sus grandes números, sean similares a los del 20D de 2015, incluido que el PP encabezado por Mariano Rajoy vuelva a ser el partido más votado. Esta situación serviría como argumento sobre la inevitabilidad de ese Gobierno de gran coalición. Seguramente hay toda una línea de reflexión de cómo buscarle una salida “honrosa y patriótica” a Mariano Rajoy, impedimento principal para la conformación de ese Gobierno, llegados a ese punto.

 Las cosas parecían discurrir hasta hace unas horas por ese camino, pero se empieza a percibir en el “ambiente” una cierta inquietud, una desazón indisimulada, causada muy probablemente por la concentración de episodios muy perjudiciales para la continuidad del Régimen, lo que aconseja que la actual situación de interinidad no se alargue varios meses más:

- El juicio por el caso Nóos ha dejado nuevamente en evidencia que la Familia Real es simple y llanamente una organización criminal y, por si quedara alguna duda sobre las implicaciones del actual titular de la corona, Felipe VI, las informaciones de El Diario.es sobre su amistad y complicidad con López Madrid, un paradigmático representante de empresario delincuente y corrupto, las ha aclarado abruptamente.

- La confrontación del Gobierno en funciones con el recién elegido Parlamento, al que se le niega, vía informe de la Abogacía del Estado la capacidad de control sobre el primero, bajo -el argumento de que al ser un Gobierno en funciones no puede ser controlado por un Parlamento que no lo ha elegido. Y se les llena la boca hablando de la soberanía nacional.
Cosas veredes que non crederes”.

- El deterioro de la situación económica y muy especialmente de sus perspectivas, así como las presiones de la Troika para poner en marcha las reformas que el PP había dejado pendientes.

- El mantenimiento del pulso democrático-soberanista catalán y la posible dinamización del frente de Euskal Herria, según denominación de Otegi.

Estas son algunas de las circunstancias que están encendiendo las luces de alarma de los “ideólogos” del proyecto de intentar dar unos años de supervivencia al Régimen del 78. Es por todo ello que nos podemos encontrar con que esa maniobra proyectada para ser realizada en dos fases, antes y después de la repetición de las elecciones generales, se acorte y las cosas tengan que precipitarse.

Es muy cierto que ese atajo le supondría un gravísimo, seguramente irreversible, desgaste al PSOE; pero lo que está en juego para el Sistema es algo mucho más importante que la supervivencia de un partido del Régimen del 78. Es la supervivencia del propio Régimen.

Atent@s a lo que vaya ocurriendo en los próximos días.

Por nuestra parte, la estrategia y la táctica sigue siendo la que hemos señalado en nuestras editoriales anteriores.

Castilla a 11 de marzo de 2016

Izquierda Castellana

 

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