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Madrid :: 17/02/2013

Entrevista a un militante comunista represaliado

Amira Palestina Al Awda / InSurGente
Entrevista al militante de Iniciativa Comunista que será juzgado el próximo día 18 de Febrero de 2012

Entrevista al Militante de Iniciativa Comunista que será juzgado el próximo día 18 de Febrero de 2012, víctima de otro montaje policial más. La fiscalía, solicita una pena de dos años y tres meses de prisión, en base a las lesiones inexistentes de un policía antidisturbios, supuestamente producidas cuando éstos desalojaban, a golpe de porra, la madrileña puerta del Sol. Desde aquí, llamamos a la solidaridad de todas las personas y organizaciones revolucionarias y progresistas del Estado a que acudan a la concentración de apoyo en Madrid que se celebrará el día 18 de Febrero a las 10:00 am en la Calle Julián Camarillo, 11 (Metro García Noblejas L7 o Ciudad Lineal L5)

1. El día 18 de Febrero serás juzgado por unos hechos que ocurrieron en otoño de 2009, ¿qué sucedió ese día?

Acudí a una concentración convocada por la Coordinadora Antifascista de Madrid en repudio a una serie de hechos bastante graves que habían ocurrido en esa época. Por un lado habían asesinado a un inmigrante en La Cabrera, un trabajador rumano, habían dado una paliza a un chico en las fiestas de Alcorcón en la que le dejaron la cara destrozada, y al igual que el asesinato fue una agresión de corte fascista. La concentración era en repulsa a ese incremento de agresiones fascistas, no estaba autorizada aunque se había solicitado y comunicado a la delegación de gobierno que la prohibió por dos razones: una por defecto de forma, diciendo que no era un motivo de urgencia, fue entonces cuando nos preguntamos qué tipo de hecho tiene que pasar ya que cuando asesinen a una persona que sirva a sus intereses movilizan toda su maquinaria: los medios de comunicación, manifestaciones por todas las ciudades, paros en los ayuntamientos, y lo que haga falta, pero si se trata de que asesinan a un inmigrante rumano ni siquiera se puede convocar una concentración con carácter de urgencia, hasta dentro de tres o cuatro meses, cuando ya no sea noticia.

La otra cuestión que alegan es que coincide con el final de una manifestación de una asociación en defensa de las personas con problemas de minusvalía. Nosotros preocupados porque las personas de esa asociación no tuviesen ninguna pega, les comunicamos que efectivamente deseábamos mantener la concentración y que no íbamos a dejar de hacerlo porque la delegación de gobierno nos permita o no ejercer ese justo derecho de protestar y de difundir estos hechos graves. La asociación respondió muy bien ya que contestó diciendo que no solamente no les importa sino que apoyan la convocatoria y a los antifascistas en esta lucha justa porque recuerdan que fueron precisamente los fascistas los que les metían en campos de concentración, experimentaban, encarcelaban, humillaban e incluso mataban a las personas con minusvalías psíquicas o físicas.

En ese marco, nos vimos legitimados para mantener la concentración y nos presentamos en Sol a las 12 am. Se presentó la policía, a golpe de porra, con una extrema violencia como estamos acostumbrados. Disolviendo la concentración antes de que comenzase. A un número de unas 15 personas nos colocaron contra la pared, nos pidieron identificarnos, nos requisaron la documentación, nos amenazan con una multa por concentración ilegal e incluso en un momento dado vacilaron con detenernos. Aparcaron un furgón de la policía delante, y en ese momento intervino el abogado que estaba presente en representación de los convocantes, y hablando con los mandos policiales llegaron a la conclusión de que no existía ningún motivo para detener a ninguna de las personas que estábamos allí y que si realmente deseaban poner algún tipo de multa administrativa que podían hacerlo. En ese momento, viendo que había cerca de unas 500 personas alrededor concentrándose, quejándose y mostrando su repulsa, la policía decide dejarnos ir a todos. Y tras el trato chulesco de la policía, me fui de la zona.

2. Esto ocurrió hace 4 años, pero en estos años ¿qué es lo que ha sucedido?

La cuestión fundamental es que una noche me llamaron mis padres y me dijeron que había llegado un telegrama a su domicilio. Me puse en contacto con un abogado de confianza para preguntarle si era posible que fuera alguna cuestión judicial, aunque no pensaba que fuera así. efectivamente cuando fui a recogerlo era por este motivo.

En un primer momento citaron a seis personas para tomar declaración, planteando que participamos en una especie de vorágine en la cual un policía resultó herido en un dedo diciendo que le hemos dado patadas entre los seis, algo completamente inverosímil. La declaración me pareció bastante surrealista, el juez me preguntaba cosas absurdas como si conocía a alguno de los policías y hubieran querido perjudicar a mí personalmente. Quizás porque soy un militante político, aunque no pude decirlo en el juicio.

Luego cambiaron la versión, y el policía dijo que tres policías me identifican a mí como el autor de una patada que le causó una lesión a un policía. Me acusan de una serie de delitos más graves como atentado a la autoridad, desórdenes públicos y lesiones. En la tercera vista, el fiscal pidió dos años por el delito y tres meses por la falta de lesiones. Y de repente me encontré envuelto en un hecho en el que no había sucedido nada parecido.

Luego la policía ha cambiado la versión de los hechos diciendo que es uno de los policías el que me identifica y los otros dos compañeros se fían. El primer hecho que me resulta bastante inverosímil es que alguien le de una patada a un policía, no te detengan un par de noches en el calabozo, no te apliquen la justicia por su mano agarrando una porra, algo que les encanta y se les da muy bien, y ni siquiera te pongan a disposición judicial.

El segundo hecho es que le pegues una patada a un policía y ni siquiera lo vean sus compañeros que estaban al lado. Todos hemos visto las escenas de manifestaciones reprimidas brutalmente por parte de la policía, se reprime cualquier conato de resistencia tanto a un agarrón, como a un porrazo o a defenderte con violencia ante una agresión, que sería la reacción más inteligente y más humana. Siempre van tres o cuatro policías a reducir a la persona en cuestión, lo hemos visto en centenares de imágenes en internet, en la televisión y más ahora, que ocurre casi todas las semanas.

Y el tercer hecho inverosímil es que vayan cambiando las versiones, ya que lo tenían tan claro y ni me detuvieron. Hay un cúmulo de cuestiones que hace que el montaje sea bastante burdo. Por desgracia, la realidad nos enseña que éste es un hecho bastante habitual ya que en Madrid ahora mismo puede que seamos miles los jóvenes que estamos procesados por cuestiones similares, manifestaciones antifascistas, el derecho a la vivienda, las huelgas generales, las protestas del movimiento obrero, de los servicios públicos o en el auge que ha habido con el 15M. Estamos acostumbrados a que haya un balance de treinta o cuarenta detenidos por manifestación a los que les aplican una serie de cargos para justificarse.

Por desgracia la policía tiene presunción de veracidad salvo que se demuestre lo contrario con una prueba manifiesta. Normalmente es al revés, la persona tiene que demostrar que ha sucedido algo. En definitiva, la policía ha querido acusarme de estos hechos y me han embarcado en un proceso de cuatro años que conlleva bastantes problemas como que puedan condenarme el día 18 de febrero.

3. ¿Qué ocurrió con el resto de las personas que fueron citadas?

La causa exacta de qué ha ocurrido lo sabrán la Brigada Provincial de Información o la Brigada Antidisturbios que son los que se encargan de estos temas. Nosotros hacemos un análisis y es que las personas que estaban citadas cumplían un perfil bastante diferenciado. En mi caso, era la persona más mayor, dentro de mi juventud, mientras que el resto eran chavales de 18 años recién cumplidos sin trayectoria muy militante, hasta lo que sabemos, independientemente de que ahora militen. Nuestro análisis es que les llamaron para asustarles, es parte de la política del miedo y del terror que está intentando dar el gobierno, o los diferentes gobiernos, que no son más que un aparato de dominación de una clase sobre otra.

Estamos en un sistema capitalista y la clase hegemónica que posee los medios de producción, la burguesía y los capitalistas que gobiernan, tienen unos intereses contrapuestos a los de la mayoría de la población, que somos nosotros, los trabajadores. En ese orden se producen un millón de injusticias de corte fascista, social, laboral y de género que el gobierno tolera con bastante manga ancha, especialmente en este estado donde nunca se ha dejado de abrazar al fascismo de Franco y que hoy en día vemos sobretodo con los recortes, las reformas laborales, los desahucios, etc. El estado tiene muchas patas para ejercer esa represión practicando una política de miedo generalizado, a través de la violencia que ejerce y no sólo con los desahucios, los despidos, o haciendo que la gente tenga miedo a protestar porque podría estar peor y quedarse sin casa y sin trabajo.

Otra es la policía, con cargas brutales que llevan sucediéndose año tras año como la del día 25S cuando llegaron hasta la estación de Atocha y pudieron producirse graves daños como gente cayéndose a las vías, aunque su propio reglamento prohíbe disparar pelotas de goma en ese tipo de espacios cerrados no hubo ningún tipo de sanción. A los militantes políticos no nos sorprende en absoluto porque “quien hace la ley hace la trampa”. Las leyes son otro de los marcos que tienen para ejercer esa represión, la misma ley con la que me van a juzgar y con la que me van a aplicar una serie de delitos en base a la declaración de un policía.

En otros ámbitos la ley no protege igual al empresario que al trabajador, donde el primero tiene una posición mucho más dominante. Incluso con las reformas laborales vemos cómo el trabajador menos concienciado se da cuenta de que esas reformas le perjudican: te pagan menos si te despiden, cada vez los contratos son más precarios, duran menos y tienen menos ventajas sociales. Cada vez soportamos más carga, y la empresa soporta menos. En otro tipo de cuestiones, como delitos de robo a pie de calle para poder comer te pueden llevar a la cárcel, mientras que robar millones desde las empresas o los políticos es una falta administrativa. Será delito a partir de miles de millones y si les condenan luego son indultados o devuelven lo que han robado y les perdonan la pena. Del mismo modo que vemos cómo el gobierno ha indultado a torturadores, hace poco, porque esa es su labor.

Unido a una tercera pata que serían los medios de comunicación, se criminalizó la convocatoria de la concentración en una noticia de ABC y en otras noticias lo hacen continuamente con otro tipo de movimientos y movilizaciones, como la huelga, hablando siempre de hechos delictivos conforme a su marco. Ni echar a una familia de su casa por la fuerza, ni despedir a cientos de trabajadores y llevarse su fábrica a otro lugar, ni otras situaciones que pasan día a día son delito, pero todo lo que hacemos nosotros para resistirnos lo es. De esta forma, para el estado burgués nos convertimos en criminales, y lo comunican a la población a través de los medios de comunicación, la prensa burguesa, empresas financiadas por otras empresas que manejan el país.

Bajo esos tres aparatos se practica una política del miedo a protestar, a salir a la calle, aunque afortunadamente la historia ha demostrado que la gente ante mayor represión y toma de conciencia salen a la calle, protestan, luchan y toman el poder, que es a lo que aspiramos nosotros a que la clase obrera de la vuelta a este tipo de injusticias. Para que la gente que no ha cometido delitos no se le imputen los mismos, para que la gente no sea desahuciada de sus casas, para que no se destruyan puestos de trabajo y para que la riqueza material que producen los trabajadores sea redistribuida y aprovechada para mayor beneficio y progreso de la mayoría y no para las grandes empresas que luego especulan con nuestras vidas. La única forma de luchar contra todo esto es quitarles las riendas y tomarlas nosotros, ya que nunca debimos soltarlas. Toda la riqueza y productividad que se genera en este sistema la producimos nosotros y se la estamos sirviendo en bandeja.

4. ¿Cual es la situación de represión que se está viviendo en Madrid?

Madrid es un sitio especial, es la capital y tiene que dar imagen. Económicamente y a nivel de población es un núcleo grande y muy importante dentro del estado donde están la mayoría de órganos generales; el Congreso, las Cortes, las grandes empresas, y las grandes multinacionales. Además, lo que pasa en Madrid tiene mucho más eco y las protestas que empiezan en Madrid muchas veces se reproducen en todo el estado de forma mimética. Por lo tanto, el estado tiene especial fijación con lo que pasa en Madrid y lo muestra mediante una actitud represiva especial sobre la lucha y la conciencia de la clase trabajadora. Otras partes del estado, como pueda ser el País Vasco, tienen unos niveles de represión mayores porque nunca han dejado de luchar como sucedió en otras zonas en las que se bajó la lucha por la traición por parte de los sindicatos y la izquierda mayoritaria con la transición española.

En este caso, la represión al movimiento antifascista se generaliza tras el asesinato de Carlos Palomino que conllevó una toma de conciencia muy grande por parte de muchos jóvenes y de gente militante, que estaba más desactivada, porque han matado a uno de los nuestros. Fue un militar fascista quien lo hizo, lo cual videncia de nuevo la estructura del estado. Ese aumento de conciencia conllevó una mayor represión en Burgos, Málaga, Valladolid, y Madrid, por poner algunos ejemplos donde hubo montajes policiales, persecución, identificaciones constantes, seguimiento, acoso, violencia en las manifestaciones, etc. A mí me han cargado este supuesto delito porque soy una persona activa, militante, concienciada y que no ha dejado de estarlo por mucho que me hayan intentado amedrentar. Es la forma que tienen para desactivar a personas con más nivel de conciencia, para que se queden en un segundo plano ante la represión y finalmente se acaben desligando.

Cada vez hay más gente que sale a la calle, se organiza y lucha. No sólo a nivel defensivo, sino a coger lo que es nuestro. De la misma forma que el estado tiene su forma de hacerlo, nosotros tenemos que tener la nuestra: nuestras organizaciones políticas y de resistencia, para no permitir agresiones de la policía, nuestros propios medios de comunicación, para dar nuestra versión de los hechos y no depender de una editorial que reciba órdenes de arriba para que se censuren o tergiversen, nuestra propia estructura de toma de decisiones, no podemos depender de que la delegación de gobierno nos diga lo que es lo correcto conforme a los intereses de la clase dominante, debemos imponer nuestra justicia porque somos más.

Los abusos de la policía legitiman la resistencia, los abusos en los desahucios legitiman la toma de casas, cuestionar la propiedad privada, ya que si empezamos a tirar de la cuerda, el capitalismo surgió del expolio generalizado y masivo, y del exterminio de los indios americanos en América Latina, del robo del oro, de los recursos naturales, y del comercio de esclavos. De ahí surge el concepto de la propiedad privada que conocemos hoy en día.

Las constructoras que son culpables de la crisis en España surgieron del franquismo. Los grandes cargos del franquismo que utilizaron como mano de obra esclava a los prisioneros republicanos, progresistas, y comunistas, así fue como se formaron los grandes capitalistas en el estado español. No debemos respetar lo que nace del robo, ni de la apropiación de todo lo público, ni de la apropiación de nuestro trabajo diario. Nos pagan salarios de miseria, y nos obligan a sufrir el paro, la explotación, continuas humillaciones y cada vez peores condiciones de trabajo y de cara a la jubilación.

5. En el marco de la crisis capitalista que estamos viviendo, ¿crees que esa mayor represión muestra al mismo tiempo la debilidad de esos mismos estados a nivel internacional?

Saliendo de las fronteras, antes he comentado el caso del País Vasco. Un pueblo que no ha abandonado su lucha y siempre ha tenido unos niveles de represión muy altos sin que hubiera crisis. De hecho, los índices económicos del País Vasco son bastante mejores de los que tenemos en el resto del estado. Si vamos a otras partes del mundo donde ha habido más nivel de organización política y de resistencia ante las injusticias, el mayor nivel de represión es la guerra abierta, como sucede en Colombia, Palestina y en todos los pueblos del mundo donde ha habido un nivel de resistencia mayor.

En estos casos el enemigo de clase plantea directamente la guerra con el fusil, con la bomba, con tanques y con todos los medios que tengan. Mientras el movimiento de resistencia sea más pequeño y concentrado basta con que los medios de comunicación les sirvan para decir que todo va bien, que no se preocupen, que éstos son radicales, violentos, criminales, terroristas, etc van a utilizar medios represivos más leves, en los que les puede valer la policía. Pero a medida que los movimientos populares y obreros se organizan y toman más conciencia, y elevan su nivel de lucha, su determinación y sus objetivos políticos son más claros, el estado recurre a todas las formas de violencia organizada que pueda, incluyendo la guerra.

La única forma de vencer es tener una forma de organización mayor, nuestra fuerza está en la unidad. Somos masa dispersa débil, no tenemos un fusil ni un tanque en cada casa para defendernos ante su violencia. Nuestra fuerza reside en la mayoría, si no quisiéramos trabajar no se movería un alfiler en este país. Si nosotros nos resistimos a una carga policial no van a poder contra esa avalancha, aunque estén mejor equipados y tengan mejores armas. Si emplean formas de violencia aún mayores, la clase obrera se resiste de la misma forma frente a su violencia a tiros. Como ocurrió en la Guerra Civil donde en las ciudades en las que el llamado Bando Nacional, que eran los primeros que claudicaron a los alemanes de la época, fusilaban a todo disidente como pasó en Badajoz en la Plaza de Toros. Como ocurrió en Chile, Argentina, Colombia, Palestina, etc.

6. ¿Cómo se explica que en plena crisis capitalista haya ganado el PP y vivamos un giro de corte fascista?

Con el aumento de crisis hay un aumento del fascismo por el mero hecho de que es una de las herramientas del capitalismo que permite una mayor dominación sobre los trabajadores. Fomentando el miedo a lo diferente, como sentimiento primario, se busca la culpa en el inmigrante que ha venido a buscarse la vida porque el capitalismo ha destrozado su vida en su país. No piensan que el capitalismo tiene unas crisis cíclicas, que tiene que endurecer la explotación a todos los trabajadores para aumentar su beneficio. Ni que se trate de leyes científicas y económicas que a la burguesía le interesa esconder a los trabajadores.

El sistema está montado con una farsa electoral y democrática, entendemos que el estado español viene de una reforma legal del fascismo y que los partidos políticos se reparten el papel para poder explotar a los trabajadores. Los procesos electorales son otra farsa, y cualquier revolucionario debería explicar que tanto si se vota al PP como al PSOE, o a sus extensiones, no sirve para nada. Si prometen una cosa y hacen otra, el ejercicio fácil de reflexión es darse cuenta de a quien sirven. Por eso lo que nos queda es organizarnos y crear un sistema basado en nuestras propias reglas, no en las suyas, un sistema creado por nosotros donde los trabajadores deben ser la base, y donde se traten las elecciones, las responsabilidades públicas, la rendición de cuentas, y el día a día con el pueblo.

En la historia, ningún privilegio ha sido cedido en bandeja a la clase trabajadora. Los patricios romanos estaban bien con sus esclavos, los dueños de las plantaciones del sur de Alabama estaban en contra de abolir la esclavitud, los reyes de España estaban encantados con sus colonias y por supuesto los capitalistas están muy contentos de que haya un mercado laboral lo más flexible posible, que puedan explotar. Y si mientras nos vamos muriendo en masa no importa, con que haya más natalidad ya vendrán otros. Del mismo modo que los derechos fueron conquistados y se nos impusieron nuevas reglas del juego, esta vez tendremos que hacerlo nosotros. No se pueden aceptar sus reglas del juego si queremos mejorar algo, tendremos que poner nosotros las nuestras.

7. ¿Crees que a mayor represión hay mayor conciencia política?

Por supuesto, y un hecho muy claro es el caso de Alfon ya que nos demuestra que a pesar de que hay muchas personas como él que sufrieron la represión, ya que las cárceles están llenas de presos políticos que vienen de muchos ámbitos: comunistas, antifascistas y anarquistas. Se han realizado muchas campañas de solidaridad contra los montajes pero nunca habíamos logrado traspasar esa barrera mediática para que no sólo una minoría nos enteráramos. En el caso de Alfon todo el mundo siente como suyo el caso y se ha conseguido una victoria muy grande: sacar a un chaval de la cárcel con la presión política y popular. La gente entiende que Alfon es su hijo, su hermano, su primo, etc. le ponen cara y piensan que le podría haber pasado a cualquiera. En el caso de Alfon ayudó mucho la movilización de su madre, al igual que la de muchas organizaciones políticas.

Todo esto ocurre porque el auge de las luchas hace que mucha más gente haya ido a manifestaciones y esté enterada de los casos que ocurren. Por lo que mucha más gente sufre la represión en su entorno más cercano. Entonces se piensa que le puede pasar a cualquier persona y no que es un terrorista, ni un violento, ni esas noticias que suele decir en la prensa sin ningún tipo de verosimilitud.

8. ¿Son muchas las organizaciones que se han solidarizado con tu caso también?

La verdad es que sí, al principio no íbamos a pedir adhesiones pero ha habido un apoyo masivo. Unas cuarenta organizaciones se han solidarizado expresamente, aunque hay muchas otras que aunque no lo hayan hecho de forma expresa no dudamos de que estén en contra de la represión. Ha sido un aliento saber que hay mucha gente que está detrás en mayor o menor medida, y que cada vez somos más. Eso ayuda mucho a refrendar una conclusión a la que uno ya había llegado: que hay que seguir en la lucha, salir a la calle, organizarse, y combatir a este sistema con todas las fuerzas posibles. Pero a veces hace falta refrendar con hechos que vamos en el camino correcto y de la misma forma nosotros como Iniciativa Comunista nos hemos solidarizado siempre con todo tipo de organizaciones o de personas que hayan sufrido la represión en sus carnes. Ya sea gente de organizaciones políticas, como puedan ser presos del PCE(r), o miembros del movimiento independentista vasco, casos más duros a quienes se les aplica la ley antipartidos o la ley antiterrorista, o casos más leves como militantes de otras organizaciones o asistentes a manifestaciones del movimiento estudiantil, movimientos sociales, de la vivienda, del 15M, etc. que también sufren los zarpazos represivos en mayor o en menor medida.

9. ¿Qué esperas del día 18 de febrero?

El día 18 no espero nada, no tengo ninguna esperanza aunque hayamos hecho una campaña por la absolución. Igual que no me sorprende que no sancionen a los policías de Atocha o que indulten a los torturadores, no me sorprendería que me condenasen. Por otra parte, espero que haya gente en la concentración que vamos a convocar a las 10 am delante de los juzgados de lo penal de Madrid, en la Calle Julián Camarillo, 11. Al igual que es bueno el apoyo de las organizaciones, también lo es el apoyo personal. Sabemos que es un día malo, lunes por la mañana, pero por desgracia hay mucha gente en el paro, hay organizaciones sindicales que se han solidarizado y que a lo mejor pueden disponer de gente con horas sindicales para acudir también, jubilados, etc.

Lo que sí que esperamos es que vaya toda la gente que pueda, que la denuncia de la represión sirva también para tomar conciencia y se piense en la necesidad de militar. Nosotros entendemos que el marxismo leninismo es la guía para la acción, tanto en el estudio de por qué suceden las cosas como en el qué tenemos que hacer: en este caso tomar el poder por la fuerza para poder implantar un orden mucho más justo para la mayoría social, la clase obrera. La gente debe tomar conciencia y pasar a militar en organizaciones revolucionarias ya que es la única forma. Al igual que se dice que “cuando cae un militante, que dos o tres vayan detrás y cojan su fusil”, esto es lo mismo. Incluso si hubiese una condena y me arriesgase a que me tocase un juez ultrafacha que elevara la condena a petición de la fiscalía por admitir mi militancia comunista entiendo que está sirviendo para que mucha gente tome conciencia, y en ese sentido es una victoria. Ningún gobierno ni estado en la historia ha podido mantenerse a base de represión indefinidamente, llega un momento en que son derrotados. En ese sentido, nosotros tenemos total seguridad de que el futuro es nuestro, el futuro es de los trabajadores.

http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/47400-entrevista-a-un-militante-comunista-represaliado.html

 

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