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Madrid :: 28/09/2007

Reportaje: Fútbol base contra el racismo en Alcorcón

Sergio Puente
Nueve meses después de estar en el ojo del huracán mediático por un supuesto ?brote xenófobo?, la localidad madrileña ha sido testigo de la celebración del II Mundialito Antirracista de Alcorcón. El evento, organizado por el Centro Social Okupado Eskuela Taller, reunió a más de 500 personas y cerca de 50 equipos de todo el Estado. Su objetivo: la denuncia del racismo y la xenofobia, y la difusión de principios de solidaridad y autoorganización a través del deporte.

Más de medio millar de personas y unos 50 equipos participaron el 1 de septiembre en la segunda edición del Mundialito Antirracista de Alcorcón. La iniciativa, de marcado carácter político, comenzó a gestarse en la primavera de 2006, cuando miembros del Centro Social Okupado Eskuela Taller, inspirados en los Mondiali Antirrazzisti de la ciudad italiana de Montecchio, decidieron poner en marcha un torneo de fútbol popular y reivindicativo en Madrid.

Para Morris, implicado en la organización, “en un primer momento se trataba de dar respuesta a los intentos de organizaciones ultraderechistas por crear ligas de fútbol sin jugadores inmigrantes en la región”. A día de hoy, y tras dos ediciones, los objetivos son más ambiciosos: “Perseguimos crear referentes de autoorganización en los barrios e inspirar el surgimiento de iniciativas similares en otros lugares de Madrid. También queremos generar un punto de encuentro y de denuncia contra el racismo, tanto el institucional como el de las bandas fascistas”.

Los sucesos de enero
Esta edición ha hecho especial hincapié en denunciar la manipulación informativa sobre los incidentes que llevaron a Alcorcón a la primera página de los periódicos a principios de año. Los altercados de aquellos días (una pelea entre adolescentes de diferentes nacionalidades, que continuó con reyertas entre pandillas) fueron utilizados por los medios de comunicación de manera interesada para presentar ante la opinión pública un conflicto violento de carácter racista, lo que suponía un filón para las audiencias. Alcorcón permaneció en la picota informativa durante una semana en la que la alarma social y el sensacionalismo fueron los enfoques elegidos por la prensa para mantener la atención sobre el asunto, al que llegaron a calificar como “
el brote racista de Alcorcón”.

Durante aquellos días, hasta tres concentraciones “por la convivencia pacífica y contra el racismo” fueron prohibidas por las autoridades, y silenciadas o distorsionadas por los medios. El show mediático se perpetuó entre disturbios y cargas policiales. Así, el 23 de enero se podían leer en los periódicos los siguientes titulares: “Cientos de jóvenes se concentran para vengar una pelea con ‘Latin Kings” (El Mundo), “Ahora sí que hay una guerra” (La Razón), “Máxima tensión en Alcorcón por nuevos disturbios entre iberoamericanos y españoles” (ABC) o el aventurado “El brote racista de Alcorcón activa la máxima alerta policial” (El País).

Resulta paradójico, por tanto, comprobar que la relevancia informativa que el “conflicto racista” despertó en los medios -alimentado en buena parte por informaciones sin contrastar acerca de negocios en canchas deportivas por parte de bandas latinas- hoy se haya disipado por completo sin razón aparente. Nueve meses después, la realización de un evento deportivo contra el racismo, de notable magnitud, organizado por jóvenes de Alcorcón, y celebrado en unas instalaciones públicas, no ha despertado el mínimo interés de aquellos medios que meses antes pusieron el grito en el cielo. Para Morris, la actitud de los medios responde a intereses políticos y económicos, “sólo les conviene decir que algo es ‘conciliador’ o ‘beneficia la paz social’ si viene de instituciones afines. Las iniciativas autónomas no les interesan, no venden periódicos. En este caso han jugado un papel muy dañino al tratar de separar a la gente de la clase trabajadora entre ‘españoles’ y ‘latinos’, pero no lo han conseguido”. La diversidad de los participantes en esta edición así parece confirmarlo (equipos mixtos, de inmigrantes, de jóvenes de centros de reforma...), si bien Morris reconoce que “nos ha costado llegar a la gente de nuestro barrio, siendo mayor la participación ‘no española’ de fuera de Alcorcón, pero se van animando poco a poco”.

Otras experiencias
Iniciativas similares han cuajado en distintos puntos del Estado español en los últimos años, como en Corbera de Llobregat o Barcelona, así como en Europa, donde el ya mencionado Mondiali Antirazzisti italiano ha cumplido este año su décimo aniversario, convirtiéndose en un referente por su marcado carácter intercultural, no competitivo y anticomercial. El Mundialito Antirracista aspira también a convertirse en un referente de lucha contra el racismo y la discriminación, no sólo étnica, sino también sexual y de género.

Este año, además, se ha dado el pistoletazo de salida a la Campaña por la convivencia intercultural, ‘Madrid Obrero, Antirracista y Antiimperialista’ convocada por una veintena de colectivos y organizaciones sociales, que culminará con una manifestación el 12 de octubre (‘Día de la Hispanidad’, para denunciar “el colonialismo español de ayer, que sigue presente hoy” y a su vez servir “de herramienta de lucha contra los prejuicios raciales”.

www.diagonalperiodico.net

 

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