Para Carlos Tena

El que murió peleando vive en cada compañero

Ángeles Maestro

La muerte de un amigo, de un militante comunista y de un gran compañero es como un hachazo en el cerebro que nos deja sin palabras. Pero poco a poco en medio del dolor aparece la necesidad, también militante, de dejar constancia, para el patrimonio general de las luchas de los oprimidos, de quién era ese enorme ser humano que desarrolló su existencia bajo el nombre de Carlos Tena.

Es imposible resumir una vida de compromiso, pero ello no debe impedir a quienes le conocimos y le admiramos, compartir los retazos de existencia que vivimos con él. La vida de quienes han permanecido fieles hasta la muerte, con inteligencia, y asumiendo hasta el final, las consecuencias de ser, para el poder, un maldito, precisamente por ser consecuente con sus ideas, es un tesoro para quienes continuamos en la lucha.

Para quienes no creemos en paraísos, es justamente la permanencia en la memoria de los vivos, esa continuidad efímera de nuestro paso por la vida, que es muy breve, pero que se recrea en el recuerdo y nutre la lucha de los otros, la que teje el hilo rojo de la historia. Esa es nuestra inmortalidad individual y colectiva yesa es la necesidad de dejar constancia para los que nos quedamos y para las generaciones venideras, de ese enorme ser humano que fue Carlos Tena.

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Carlos Tena

Carlo Frabetti

En cierta ocasión, a raíz de uno de sus incisivos artículos, en los que la indignación, el humor y la sagacidad se combinaban en precisas proporciones explosivas, como los tres componentes de la pólvora negra, le dije a Carlos: “Hay que aplicarte lo que Mae West decía de sí misma: cuando eres bueno eres muy bueno, pero cuando eres malo eres todavía mejor”.

La lucha contra el desorden establecido se libra en muchos frentes, y uno de los más importes, y a la vez de los más desatendidos, es el de la cultura. Y dentro de la batalla cultural -esa “batalla de las ideas” en las que Fidel hacía tanto hincapié- son especialmente necesarios -y especialmente escasos- los quintacolumnistas, los que luchan desde dentro del tinglado cultural, aquellas y aquellos a los que el sistema no consigue ni comprar ni silenciar del todo. Son tan pocos, con Alfonso Sastre a la cabeza, que sobran dedos para contarlos, y Carlos fue uno de los más combativos.

Otra famosa frase de Mae West aplicable a Carlos es la de que “las chicas buenas van al cielo y las malas van a todas partes”. Carlos tuvo la opción de ser dócil, que es lo que el sistema entiende por bueno, e ir al cielo, es decir, de tener un lugar al sol -de hecho, lo tuvo durante un tiempo- en el exclusivo olimpo de la cultura oficial. Como musicólogo de referencia, como director y presentador de programas de éxito en la radio y la televisión, Carlos Tena pudo ser rico y famoso, pero prefirió ser honrado, prefirió ser él mismo. Prefirió ir a todas partes: a Cuba, a Venezuela, a Euskal Herria… Y adondequiera que fue, la razón defendió y a la justicia sirvió, podríamos decir parafraseando al Tenorio.

Y una tercera frase a la que Carlos tiene derecho, esta vez sacada de un poema de nuestro maestro Alfonso Sastre, y que podría figurar como lema en su escudo de armas, es: “No conocen el suelo mis rodillas”. Y eso, en un país de lacayos, no se perdona. Pero tampoco se olvida. Carlos se va, su ejemplo permanece. Descansa en paz, compañero, que no descansaremos. Hasta la victoria y más allá.

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Carlos Tena, enseñó lo que era el franquismo y su continuismo

Ramón Pedregal Casanova

Conocí a Carlos Tena hace muchos años, y entonces sentía cierta admiración por su trabajo en los medios sobre la música, pero no era la admiración por uno de tantos charlatanes que hablaba del último disco de moda; creo recordar que me atraía con un discurso que llevaba rebeldía y distancia contra la baba franquista, contra quienes había causado cientos de miles de asesinados, cientos de miles de presos, cientos de miles de exiliados, esclavismo, pobreza y miseria en todos los niveles humanos, y después quitó el velo que se pusieron los sucesores del atado y bien atado de Franco.

Quienes vinieron a limpiarle su historia instituyendo el olvido, el conformismo, el miedo a decir porque no te dejaban trabajar, no te dejaban salir en la foto, ¿qué foto, tio ridículo?

Sembraban la ignorancia, la desconciencia, los mismos que hicieron anuncio de opositor y se apresuraron para coger silla y con las manos, sin trapo ni nada, limpiaban los sepulcros del fascio, presidentes de lengua de serpiente y todos los que han cogido cacho detrás.

Carlos Tena fue perseguido por unos y por otros porque no se tragaba el franquismo ni se tragó el posfranquismo. Esa actitud que le haría independiente, le dignificaba como persona dedicada a la transmisión de la cultura, resultó conocido entre los rebeldes, y perseguido, para vergüenza de tantos que se integraban en la primera parte del fascio y en la segunda vestida con celofán, con traje de civil.

Hoy su recuerdo nos enseña de atrás hacia delante. Dejo aquí una entrevista que le hice y que creo que lo dice todo. Los últimos años se le podía seguir en su blog.

Carlos Tena, gracias, maestro.

Insurgente