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Madrid :: 23/06/2006

Movilizaciones por la vivienda: ¿damos la batalla o la rehuimos?

Sokol
Constantemente nos quejamos de la acción de los recuperadores de siempre, pero si antes de que se dé el caso ya les dejamos vía libre para recuperar lo que quieran, ¿acaso no estamos siendo cómplices de esa recuperación?
Estamos ante una gran oportunidad y parece que no nos damos cuenta, o lo que es peor, nos damos cuenta pero pasamos: que la jueguen otros. Primero, unas frases poco originales El capitalismo genera muchas y diversas injusticias, como no puede ser de otra forma siendo un sistema terriblemente injusto. La labor de los anticapitalistas debe ser atacar el capitalismo y destruirlo totalmente, en su conjunto, no solo en una de sus partes. Pero aunque eso es absolutamente cierto, no es menos cierto que hay que fijarse, señalar, explicar y atacar cada una de las injusticias generadas por ese sistema para poder así convocar a miles y miles de personas para luchar contra él. No se puede hacer en abstracto, hay que dar la batalla ideológica en el terreno de las injusticias concretas y terrenales. Y cuanto más evidente sea la injusticia y más afecte a temas vitales de las personas, mayores serán las posibilidades de usarla pedagógicamente para conseguir una confrontación masiva al capitalismo. Necesitamos mostrar las injusticias generadas por el sistema y demostrar que están provocadas por él. Las injusticias visibles, evidentes, sencillas de mostrar y de ligar con el famoso sistema económico han de ser la base de nuestra lucha contra él. Por eso mismo, a los gobiernos les interesa enmascarar esas injusticias, esconderlas o tratar de desligarlas del sistema económico. En todo caso, necesitan mantenerlas en niveles tales que sus medios de propaganda y adoctrinamiento puedan controlar la situación, enmascararla, desviar la atención. La oportunidad Pues bien, a día de hoy, en España, a los gobernantes y a sus amos se les ha ido la mano con el tema de la vivienda. Su avaricia ilimitada no les ha permitido frenarse lo suficiente en un tema tan delicado como la vivienda de las personas. Lo que era una injusticia más del capitalismo, denunciada desde hace décadas por el movimiento okupa, ha pasado a ser una injusticia desmedida, totalmente desmesurada, el síntoma más evidente de que el capitalismo solo puede generar miseria y exclusión. Ya no pueden esconder el problema, aunque sí que pueden desviar la atención sobre su verdadero origen. Los medios empresariales y la inercia borreguil de la sociedad impiden por el momento un despertar, un estallido social en relación a esto. Pero es tan amplia y tan visible por todos la injusticia, que por primera vez en mucho tiempo podría ser "relativamente fácil" llevar un mensaje anticapitalista a millones de personas ¡y que lo entiendan y hasta lo compartan! Señalarles con el dedo lo evidente, y que por mucho adoctrinamiento previo que tuvieran, no pudieran dejar de reconocer que sí, que lo evidente, evidente es. Y si las reglas del juego capitalista les está haciendo más pobres, impidiéndoles tener una casa, una vida quizás habría que empezar a derribar el capitalismo. El egoísmo de nuestros enemigos nos lo ha dejado "a huevo", han descuidado ese flanco, confiados en su recurrente impunidad, confiados en el adormecimiento de la sociedad. Tienen razón en confiar, pero esta vez han confiado demasiado. La movilización "espontánea" En este contexto, desde mediados de Mayo, vienen desarrollándose una serie de sentadas/manifestaciones "espontáneas", convocadas a través de Internet en las principales ciudades del Estado, con especial repercusión en Madrid. Inicialmente se podía desconfiar del carácter de estas sentadas, pues el e-mail que convocaba a la primera sonaba demasiado light y carente de análisis. Podía ser todo un fracaso, una "quedada guay" sustitutiva del botellón. Pero los hechos demostraron lo contrario, con unas 5000 personas sorprendiendo y desafiando a los gobernantes y a sus perros de presa. Aunque había gente de colectivos anticapitalistas, faltaban muchos, y la mayoría de la manifestación estaba formada por personas que rara vez, o nunca, salen a manifestarse. A pesar de ello, la combatividad superó a la de muchas citas anticapitalistas, con las principales calles y plazas del centro de Madrid siendo tomadas por miles de manifestantes, mientras la policía se veía impotente para frenar la imprevisible marcha rebelde. Se demostró que la injusticia de la vivienda tiene cabreada a muchas personas de esas que llaman "normales", las cuales estaban dispuestas a luchar, a saltarse, quizás por primera vez, las sagradas leyes y las consignas mediáticas, convirtiéndose por un día en esos famosos y malvados "jóvenes radicales", cortando el tráfico y toreando a la policía, muchos sin militar en ninguna organización ni colectivo, ni haber pisado un CSO en su vida. Y eso no se podía permitir. Había que intentar reconducirlo. Y llegó la represión en las semanas siguientes: cargas, palizas, detenciones arbitrarias, agresiones incluso a personas en las aceras. Los "normales" debían saber que ese no era el camino, y los "radicales" debían volver a sus "guettos", no fuera a ser que la mezcla de ambos en un tema tan difícilmente manipulable o suavizable como el de la vivienda, diese una combinación explosiva. La Asamblea contra la Precariedad y por una Vivienda digna Ante el riesgo evidente de que la represión y el cansancio acabaran con el incipiente movimiento, se dieron también los primeros pasos para organizarlo y ampliarlo. En Madrid se convocó una asamblea abierta para tratar de dotar de eficacia, contenidos y poder de convocatoria a este movimiento a punto de extinguirse apenas nacido. El "espontaneismo" de los primeros días no podía dar más de sí, enfrentado a la implacable represión policial y a los evidentes límites de Internet (50 personas ha sido el nº de asistentes a la última sentada "espontánea" de Madrid). Es esta una asamblea de variada composición, en la que hay gente claramente anticapitalista junto a otras personas con las ideas menos claras, personas que se definen "apolíticas" y algún despistado ocasional. Van ya cuatro reuniones, con una asistencia que varía entre un mínimo de 40 asistentes y un máximo de 150. Aunque esta asamblea no se reconoce representante de todo el movimiento, sí es cierto que es en su seno donde se está dando apoyo mediático y económico a los detenidos, donde se ha convocado la próxima manifestación-reclama las calles del 2 de Julio, y donde se está discutiendo el contenido que hay que darle a las reivindicaciones, más allá de denunciar sin más la evidente injusticia de la vivienda. Se quiera o no, es entorno a esta asamblea abierta donde está girando gran parte del futuro de este movimiento en Madrid. Como corresponde a una asamblea abierta y sobre todo a una que atrae a mucha gente cabreada pero con poca formación política, se pueden escuchar opiniones para todos los gustos, incluso llamados aislados a no asustar a votantes del PP, que "al fin y al cabo también sufren con la vivienda" También ha asistido en dos ocasiones una chica de Jóvenes de CCOO (sector crítico), y siempre acude algún miembro del Sindicato de Estudiantes La cuestión es: ¿los anticapitalistas vamos a dar la batalla en este terreno o vamos a abandonar el campo de batalla porque la gente que está en este movimiento no son todos amigos nuestros? La oportunidad parece muy propicia para que demos un paso adelante y asistamos masivamente, aportando, desde el respeto y la argumentación, nuestras ideas, nuestras propuestas y experiencia, luchando por dotar a este movimiento incipiente de un contenido claramente anticapitalista, señalando y enfrentando con propuestas avanzadas a los evidentes culpables de esta situación: constructoras, banqueros, especuladores, todos criaturas predilectas de este sistema económico. Es una oportunidad única. Si se trabaja con constancia y con inteligencia, una lucha masiva y "radical" puede estar incubándose. El ¿combate? anticapitalista Desgraciadamente, desde algunos sectores del movimiento anticapitalista, sectores importantes y combativos, se desprecia y se rehuye el combate en la Asamblea, se da por perdido y se opta por enfrentarse a la Asamblea, o en el mejor de los casos por mantenerse al margen y luchar en otros lugares. Se da como argumento un comunicado inicial poco avanzado, o la presencia de un miembro de CCOO o de gente del Sindicato de Estudiantes... ¿pero qué clase de revolucionarios somos? ¿Vamos a huir como la pólvora de cualquier sitio en el que aparezca alguien que no es de nuestro agrado o en el que haya mucha gente en principio apolítica? ¿Acaso no es nuestro deber dar la batalla allí donde esta surja, y ganarla? ¿Convencer a los dubitativos y vencer a los manipuladores? Discutir, debatir y actuar en nuestro círculo de militancia es siempre necesario, pero en la mayoría de los casos la lucha decisiva estará siempre allá afuera. Será una lucha más incómoda, más enervante y más amarga, claro, pero no estamos en esto por comodidad o autosatisfacción. La asistencia de una chica miembro del sector crítico de un sindicato entreguista, no es una prueba de manipulación de la Asamblea. Pero aunque en el futuro sí que se produjesen esos intentos de manipulación por parte de los mismos de siempre (ugt, ccoo, etc), ¿acaso es revolucionario huir siempre ante ellos? ¿Verles aparecer en una lucha y abandonar instantáneamente el terreno, volviendo a nuestro cálido entorno, es la opción correcta? ¿De verdad? Constantemente nos quejamos de la acción de los recuperadores de siempre, pero si antes de que se dé el caso ya les dejamos vía libre para recuperar lo que quieran, ¿acaso no estamos siendo cómplices de esa recuperación? La terrible y extendida injusticia de la vivienda, nos ha proporcionado un campo de batalla en el que tenemos muchas más posibilidades de avanzar que en la mayoría de las luchas actuales. Y hay mucho por ganar, mucho por avanzar, mientras que hay muy poco que perder. La victoria sería una victoria muy importante, mientras que una hipotética derrota sería simplemente una derrota más. De esas tenemos muchas y sabemos encajarlas. Lo preocupante es que lo que quizás no sabemos encajar es una victoria, o luchar por ella cuando nos la ponen en bandeja, acostumbrados a estar a la defensiva, o a atacar desde la distancia, desde el arropamiento de nuestro círculo de siempre. Algunos vamos a seguir dando la batalla, junto a quien quiera luchar y contra quien quiera manipular o suavizar. Quizás quedemos en minoría, por no asistencia de nuestros compañeros, será una pena, una batalla perdida. Otra más. Próximas convocatorias La siguiente asamblea será el próximo sábado, día 24 de Junio a las 16h, en la puerta de la Facultad de CC. de la Información-UCM, frente al metro Ciudad Universitaria. El domingo 2 de Julio hay convocada una Manifestación/Reclama las Calles que saldrá de Sol a las 12h. ¡Acude, lucha y decide!


* Sokol participa en la Asamblea contra la Precariedad y por una Vivienda digna. N. La Haine: Invitamos a los lectores a debatir este artículo.
 

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