Mi calle tiene nombre de asesino

- Hola, buenos días! ¿Dónde vive Usted?
- En Arganzuela
- ¿En qué calle?
- Doctor Vallejo-Nájera
- ¿Sí? ¡Anda! ¡Así se llamaba el hombre que mató a mi padre...!

Caminando por la calle Embajadores hay un montón de cosas habituales que puede que ya no nos sorprendan, como ese edificio que nunca terminan de construir, el tráfico o ver cómo han cerrado todas las pequeñas tiendas y ahora solo hay bancos e inmobiliarias. Sin embargo, hay una cosa que por más que paso por allí no me deja nunca de sorprender, la calle Doctor Vallejo-Nájera.

¿Por qué me sorprende? Viajemos un poco en el tiempo. Agosto de 1938, Burgos. Francisco Franco nombra al comandante Antonio Vallejo-Nájera, jefe de los Servicios Psiquiátricos Militares y director de las Investigaciones Psicológicas de los Campos de Concentración franquistas.

El Dr. Vallejo-Nájera había sido educado en la Alemania nazi. Escribió extensamente (en libros titulados Eugenesia de la Hispanidad y regeneración de la raza, Política racial del nuevo Estado, y otros) sobre la degeneración de la raza española, que según él había ocurrido durante la República. A juicio de Vallejo-Nájera se necesitaba en la España franquista una regeneración racial, debido al incremento de "tarados" y "enfermos" (términos que él utilizó para definir a las personas que tenian un postura crítica al régimen franquista). Llegó incluso a criticar a la profesión médica por conservar la vida de los "degenerados".

Octubre de 1940, Madrid. El General Francisco Franco se entrevista con Himmler, jefe de las SS y encargado de los campos de concentración nazis. El objetivo principal de la visita de Himmler a las autoridades políticas del régimen franquista fue la de firmar un convenio de colaboración que reforzara así la que había existido desde el año 1937 entre la Gestapo española y el régimen franquista. Vallejo-Nájera promovió así las ideas racistas y prácticas genocidas nazis indicando que la "regeneración de la raza impone una política de eliminación de todos los agentes físicos, psicológicos y morales que degeneren la raza", y consideró la eliminación física, a través de asesinatos políticos, como parte de esta purificación de la raza. Instruyó también a las mujeres jóvenes a no leer libros excepto los religiosos, y definió a las mujeres republicanas como la forma más extrema de degeneración de la raza. En realidad, muchos de los experimentos realizados en los campos de concentración nazis en Alemania fueron realizados antes por la Gestapo en los campos de concentración franquistas.

Este hombre, este psicopata que creía que pensar diferente a él era estar enfermo, este asesino que internó en multitud de campos de concentración a hombres, mujeres y niños; es el que da nombre a mi calle. Me avergüenza.

Boletín especial septiembre 2008, editado por el CSO La Traba
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