La lucha no ha terminado

Casi tres meses después, ayer se firmaba por auto del juez y tras presentar varios recursos por parte de los abogados, la libertad de Miguel e Isma, que estuvieron con nosotros pasadas las 20:00 h. En la puerta de una de las prisiones de mayor seguridad se respiraban emoción y nervios esperando el momento. Sin embargo, la enorme alegría de esta noticia no puede empañarnos en ningún momento la injusticia y la razón. No podemos olvidar que han sido casi tres meses encerrados injustamente (¿acaso ha cambiado algo de hace tres meses a hoy, para que hasta ayer tuvieran que estar ahí y hoy ya no?),separados de su familia y amigos tras ser humillados durante su detención y torturados en las dependencias policiales.

No podemos olvidar que son presos políticos. Que su delito no es el que quieren que creamos (sea cual sea), sino defender sus derechos y su vida, y junto a la suya, la nuestra. Porque no podemos olvidar que fueron detenidos cuando más de un millón de personas pedían no pagar una deuda, de la que no tenemos responsabilidad ninguna, que nos deja sin ayudas sociales, sin sanidad y con unos servicios públicos sumamente deteriorados; que todas tuviéramos derecho a servicios públicos de calidad, y no solo "españoles" y más aún, "españoles que se lo puedan pagar"; derecho a una vivienda digna, que nadie duerma en la calle con su familia o en condiciones de miseria mientras los bancos siguen llenando sus arcas con intereses y sus carteras de pisos para seguir especulando; y trabajo digno o renta básica, queremos trabajar en buenas condiciones y poder vivir con ello dignamente. Su delito es salir a la calle a enfrentar este régimen que día a día aplasta a las trabajadoras, las deja sin derechos, las echa de sus casas, las corta luz y agua y hasta las deja sin comer para proteger sus intereses, que no son sino los del capital. Día a día, año a año, gobierno a gobierno. Su delito es denunciar la injusticia y combatir al fascismo que nos gobierna bajo el paraguas de las "leyes orgánicas" y el consenso de las clases dominantes y elitistas firmado hace 40 años. Porque no podemos olvidar que esto no es nuevo. La precariedad laboral comienza con Felipe González y el permiso de las ETTs allá por los 90, los mismos que, junto a las diversas abstenciones, aprobaban la ley 15/97 que da vía libre a la privatización de la sanidad. No podemos olvidar que son los Pactos de Toledo los que permitieron la reforma de las pensiones de 2010, o las dos reformas laborales que han dinamitado nuestros derechos como trabajadoras, por descontado, con la colaboración de los mal llamados sindicatos mayoritarios, que sin vergüenza alguna aplican EREs en sus filas y desactivan cualquier movilización obrera a cambio de mantener su poder... Y mantenerse del lado del poder, sea del signo que sea. Y suma y sigue. El verdadero "delito" de los compañeros es rebelarse contra todo esto, es estar del lado de las trabajadoras, como trabajadoras que son.

No podemos olvidar que hay otras tantas más en su situación y otras tantas más que van a llegar, porque mientras el miedo flojea en las trabajadoras ante tanta injusticia y miseria, más aprietan la soga con nuevas "medidas de ajuste" y con más represión y coerción. Y así, no podemos olvidar cómo Carmen y Carlos o Tamara y Ana son perseguidas por ejercer su derecho a huelga y condenadas hasta a 3 años de cárcel por estar en un piquete.

No podemos olvidar a las compañeras del Sat que se enfrentan a miles de euros en multas y que suman más de 100 años de cárcel en varias penas. No podemos olvidar las detenidas por la "operación araña" contra la libertad de expresión. No podemos olvidar a las cientos de detenidas que en cada movilización la policía se lleva, las falsas pruebas. La alegría no puede tapar la dictadura en la que estamos inmersos y que nos persigue día a día. E insisto, no "podemos" si no es sabiendo y denunciando esta cruda pero objetiva realidad. Ayer, gritabamos en la puerta que si "nos tocan a una, nos tocan a todas" y este principio de solidaridad no puede ser despreciado en este marco de lucha.

El Estado Español se construyó bajo los nudos del "atado y bien atado" que ahora, vive su versión 2.0 con una monarquía podrida que sigue reproduciendose, como decíamos, a golpe de pactos traicioneros. Toca cortar esos nudos, no desliarlos un poco.

Por eso debemos exigir la libertad de todas las presas políticas, así como exigir su condición de tales, y hacer del "la lucha es el único camino" nuestra bandera.

El mejor homenaje, continuar la lucha.

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