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Madrid, Estado español :: 30/11/2012

¡Alfon libertad!

Red Roja
Es nuestro turno de mover ficha, de responder a la represión injustificada que ha caído sobre Alfon con movilizaciones conjuntas que ejerzan la presión necesaria...

El compañero Alfonso, un joven vallekano de 21 años, fue detenido en la mañana del día 14 de Noviembre a pocos metros de su casa. Es el único detenido a causa de los hechos de la Huelga General que en Madrid aún no ha sido puesto en libertad. El Estado, apoyándose en viejas técnicas como el montaje policial más obsceno, esgrime absurdos motivos de “alarma social” y “riesgo de fuga” para tratar de justificar este atropello a la libertad del compañero y para tratar inútilmente de maquillar lo que ya sabíamos y se hace cada vez más evidente: el Estado burgués es sólo una herramienta del capital para dominar a la clase trabajadora, el martillo con el que golpean los poderosos.

Vivimos tiempos en los que se agudizan a gran velocidad las contradicciones de clase. Los ataques a los derechos fundamentales de la clase trabajadora, conquistados con sudor y sangre al calor de huelgas y lucha popular por los y las militantes que nos precedieron, son cada vez más profundos. A cada golpe que el Estado y la clase dominante que lo maneja asestan al pueblo, la máscara que habían construido durante años de “pacto social” y “Estado del bienestar” se les cae un poco más.

Como en toda relación dialéctica, el pueblo no permanece estático, sino que la llama de la rabia popular se extiende cada vez más. La gente ve cada vez más clara la violencia ejercida por el sistema, plasmada de igual modo en las privatizaciones y recortes que nos atacan desde los despachos como en las porras que derraman nuestra sangre en la calle. Y es capaz de ver, poco a poco, detrás de esa máscara de falsa democracia, detrás del entramado de leyes, normas y convenciones, lo que hay detrás de todo el sistema capitalista, su razón de existir: la explotación de la clase trabajadora.

Ante este incremento de la respuesta popular, cuyo ejemplo más reciente es la importante movilización de los y las trabajadores de la Salud, junto a las personas usuarias, contra la privatización, los medios de desinformación cumplen perfectamente con su papel: confundir, manipular y legitimar el sistema. El gran beneficiado es el sector reformista, que es presentado por estos medios como la única alternativa real, cuando lo único que realmente hacen es preocuparse por achicar el agua en un barco que ya está medio hundido. La izquierda revolucionaria, aquellos y aquellas que apostamos por un cambio radical de sistema, los que decimos que otro mundo es posible sin capitalismo, sufrimos la criminalización de los medios y la represión de los aparatos del Estado.

La gran cabeza de turco es la juventud, especialmente la juventud de barrios obreros, jóvenes a quienes se les niega el derecho a la educación, el derecho al trabajo, y el futuro.

Vallekas, uno de los barrios obreros más emblemáticos de Madrid, es el ejemplo perfecto de este proceso. La peña de fútbol Bukaneros, aunque no han sido la única organización en sufrir la criminalización y la represión, sí que sobresale por la forma desproporcionada en que los aparatos del Estado han caído sobre ella.

Alfon eso uno más dentro de esa juventud combativa, la cabeza de turco con la que la clase dominante pretende asustarnos para apagar la rebeldía; lo que digan para justificar el montaje policial y su terrorismo de Estado es irrelevante.

Además de la prisión preventiva por “alarma social”, ahora han decidido aplicarle el régimen FIES-5, para presos con “características especiales”. Esto es una serie de medidas de mayor control sobre el represaliado, que consisten (entre otras muchas cosas) en la intervención de las comunicaciones con su familia o su representante legal, cambio constante de centro penitenciario (sin tener en cuenta su pertenencia a una ciudad determinada), o la prohibición de tener más de dos libros o prendas de vestir.

Alfon es un joven de clase obrera, hijo de una familia de clase obrera, y representa a la clase obrera y su lucha contra el sistema. Es un militante, un compañero en la lucha por la liberación de la humanidad, y no podemos dejarle solo. La dignidad de un pueblo y de sus organizaciones se mide por su solidaridad y su apoyo a los y las represaliadas.

Es nuestro turno de mover ficha, de responder a la represión injustificada que ha caído sobre Alfon con movilizaciones conjuntas que ejerzan la presión necesaria para conseguir que este compañero vuelva a patear las calles.

Algunos conocemos personalmente a Alfon, otros no, pero no importa: es un símbolo de una juventud criminalizada y reprimida, y de los presos y presas que se pudren en las cárceles de este Estado, tan digno heredero del franquismo.

Lo absurdo del montaje policial indica que Alfon es totalmente inocente. Las organizaciones revolucionarias sabemos perfectamente quién es culpable:

El Estado que nos oprime. El sistema que nos explota.

Red Roja Madrid

 

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