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Madrid :: 18/12/2024

Entrevista con el Movimiento Antirrepresivo de Madrid

Juanjo Basterra
“Si queremos empezar a hablar de democracia en este país, hace falta hablar de amnistía para todos los presos políticos”

“Desde 1939 no ha habido ni un sólo día sin presos políticos en las cárceles españolas”

“La represión es una constante en todos los sentidos gobierne quien gobierne”

“Pedro Sánchez lleva el doble de tiempo que Mariano Rajoy con la Ley Mordaza”

“La derogación de cualquier ley represiva, ni nada que suponga un avance en nuestros derechos, libertades y condiciones de vida va a venir del Parlamento. Todo eso lo tendremos que arrancarlo luchando en las calles”

“En Madrid venimos ya desde hace unos cuantos años sufriendo una ofensiva brutal contra los espacios autogestionados, el último Atalaya”

Juanjo Basterra, kazetaria eta m. soziala * E.H

Hablamos con el Movimiento Antirrepresivo de Madrid de la situación actual y la trayectoria que ha seguido. La amnistía total es el eje de su lucha, no el único, y manifiesta que “si queremos empezar a hablar de democracia en este país, hace falta hablar de amnistía para todos los presos políticos”. Porque confirma que “desde 1939 no ha habido ni un sólo día sin presos políticos en las cárceles españolas”. Nacieron ante la ofensiva contra los raperos Valtonic y Pablo Hasèl. Este último está ya cerca de cumplir cuatro años en prisión. A juicio del interlocutor de este movimiento, “la represión es una constante en todos los sentidos gobierne quien gobierne”.

Ante la reforma de la Ley Mordaza, que no su derogación como prometieron, recuerda que “Pedro Sánchez lleva el doble de tiempo que Mariano Rajoy con la Ley Mordaza” y expone que la derogación de leyes represivas vendrá de “la lucha en la calle”. Sobre este tema insiste que la modificación que pretende hacer el Gobierno español (PSOE y Sumar) con Bildu “no afecta a nada sustancial” y tiene “un quinto artículo” que significa olvidarse de la misma, que no pueda modificarse en un futuro.

Este movimiento se encuentra en redes sociales X, Instagram, Facebook, (@antirrepremad) y se pueden seguir sus podcast de ‘La mecha’ en Spotify: https://open.spotify.com/show/1sm97TtwG3WH89Cwjhg1nv, Ivoox: https://go.ivoox.com/sq/2369758, Youtube: https://www.youtube.com/playlist list=PLrV0gLuLb59Qwz7ZXOQcy2fibNrscGYJF

¿Desde cuándo lleva el Movimiento Antirrepresivo de Madrid funcionando?

Llevamos un tiempo, sí. Nacimos en 2018. El embrión de todo, el origen, está en las movilizaciones, las asambleas y grupos de apoyo que se crearon en Madrid en apoyo, sobre todo, a Valtonic y a Pablo Hasèl, justo cuando digamos que se recrudeció la ofensiva contra la libertad de expresión. Aunque venía de muchos años antes de ataques a raperos, a tuiteros, a los titiriteros, etc, pero en 2018 se agudizó mucho y con Valtonic y Pablo Hasèl se creó, al calor de las plataformas o las asambleas de apoyo a la libertad de expresión y a estos dos raperos.

Ese fue el germen. De ahí se vio la necesidad de crear un organismo, un movimiento antirrepresivo más amplio, que trascendiera los casos particulares, que diera respuestas conjuntas, que atacara no solamente cuando el Estado nos reprime, sino que tomara iniciativa, que atacara los orígenes políticos de la represión, que se ocupara de todos los casos por igual. Fue la necesidad de dotarnos de un movimiento amplio, general y constante de lucha contra la represión y sus causas. Así nacemos en 2018 y desde entonces son ya seis años y medio los que llevamos de actividad.

¿Qué recuerdas de esos primeros días?

Lo primero que hicimos fue organizar la manifestación por la amnistía total, que fue la primera que se organizaba en décadas en Madrid. Repetimos durante bastantes años y durante este tiempo hemos recuperado la bandera de la amnistía total. La hemos puesto encima de la mesa en el debate público, cuando nadie hablaba de ella. Hemos extendido la consigna de resistencia ante la represión. Hemos dado apoyo a multitud de casos de muy diversa índole. Hemos hecho campañas por la salida de los presos políticos, contra el encarcelamiento Pablo Hasèl, de denuncia de las leyes represivas, contra la cumbre de la OTAN… al final, seis años dan para bastante.

Hoy en día, tenemos bastantes frentes abiertos. Estamos impulsando la campaña por las 6 de la Suiza en Madrid, tenemos un ojo puesto en la multitud de casos que represión al movimiento de vivienda, a quienes expresan su solidaridad con Palestina. En fin, un poquito todo eso.

¿Crees que la represión es consustancial con todos los gobiernos?

Por supuesto, la represión es una constante. Al final, nosotros la lectura que hacemos es que desde 1939 no ha habido ni un sólo día sin presos políticos en las cárceles españolas.

Aquí en la falsa transición en el Estado español, que conmemoran su maldita Constitución y demás, no cambia nada, que seguimos sufriendo al mismo régimen fascista y la misma represión. Es una constante. Es una cuestión de Estado, sí. Todos se ponen de acuerdo y nosotros lo hemos visto de primera mano. Nacimos en 2018, pocos meses después de la moción de censura contra Mariano Rajoy, y toda nuestra actividad la hemos desarrollado bajo el gobierno más hipócrita de la historia de este país y hemos visto como ha seguido reprimiendo y encarcelando a manifestantes, a activistas por el derecho a la vivienda, a Pablo Hasèl… Somos el primer país de Europa que encarcela a un rapero por la letra de sus canciones. Y eso lo ha hecho este Gobierno, que también mandó tanquetas a Cádiz y militarizó sus barrios contra una huelga obrera. Este Gobierno que aplastó a sangre y fuego las protestas del pueblo catalán contra sentencia del Procés, allá por 2019.

Hemos visto a este Gobierno que está persiguiendo, por ejemplo, al ecologismo radical, acusando de terrorismo y organización criminal a organizaciones que llevan a cabo actuaciones exclusivamente no violentas. Es el gobierno que decía que iba a derogar la Ley Mordaza, y seis años después no sólo no la ha tocado, sino que la ha usado más que Mariano Rajoy. Éste la puso en marcha en 2015 y se fue en 2018, pero Pedro Sánchez lleva el doble de tiempo con la Ley Mordaza, con gobiernos de PSOE, Podemos y Sumar. Además, introdujeron la ley mordaza digital. Vemos que cae por su propio peso que la represión es una constante en todos los sentidos gobierne quien gobierne.

Y la gente ¿está preparada para hacer frente a esta represión?

¿En qué sentido?

¿Con argumentos y con la lucha en la calle, allá donde se pueda?

Bueno. Hoy en Madrid nos ha tocado vivir momento de reflujo, más de calma tensa, pero está claro que las condiciones objetivas de vida y de trabajo de la inmensa mayoría de la población son cada vez inmensamente peores, que hablas con los compañeros en el trabajo, con los vecinos y vecinas, y todo el mundo está harto y a este paso todo estallará y no habrá cárceles para todos, como se suele decir.

Mientras tanto, nos toca seguir trabajando, precisamente en concienciar y alertar de qué es lo que ocurre para que a la gente no le pille de sorpresa. Sí es verdad que nos encontramos a veces, muy a menudo cuando hay un acto represivo, con cierta sorpresa por parte de la gente. ‘Es que en la manifestación y me ha pasado esto’ o ‘es que la democracia ha fallado’ nos dicen. No, la democracia no ha fallado, la democracia no está.

Y tenemos que seguir haciendo mucha pedagogía y explicando en qué Estado vivimos, que no hay ningún tipo de derecho ni libertad y que, por supuesto, que la represión está ahí para que la gente no le pille de sorpresa. Quizás sea esa una tarea necesaria y seguir haciendo hincapié con el tema de la unidad.

El Estado no hace distinciones entre nosotros, ni por ámbitos de lucha, ni por ideologías, ni por métodos, es decir, al Estado le da igual que seas comunista, anarquista, independentista, feminista, ecologista… Le da igual que estés luchando contra el paro, por la sanidad pública, contra los desahucios, contra la guerra, contra el genocidio en Palestina. Le de igual que estés luchando de manera pacífica y no pacífica. Nosotros, con más razón, tenemos que no hacer distinciones e ir todos a una y defender a todos los compañeros por igual.

El Estado, a parte de la represión, también se infiltra. ¿Cómo lo habéis vivido vosotros?

Hemos tenido dos casos dentro de nuestro propio colectivo. La lectura que hacemos es que tampoco es nada nuevo. Las infiltraciones policiales vienen de muy lejos. Es una práctica que utiliza el Estado desde hace décadas, de siglos no lo sé, y que lo que no podemos hacer ahora es ni perder la cabeza, ni volvernos paranoicos por eso. Lo que toca es hacer autocrítica, reforzar los protocolos internos de los colectivos y organizaciones para intentar evitar o paliar estas prácticas lo máximo posible y seguir combatiéndolas, y destapando a los que encontremos.

Más allá de eso, es una práctica represiva más, como son las cargas en las manifestaciones, las decisiones arbitrarias, las torturas o el encarcelamiento de manifestantes o de activistas y todo eso. No es ninguna novedad. No nos parece que en los últimos años hayan entrado más, sino que se han podido destapar más. Lo que no podemos hacer es caer en la paranoia, en el miedo, ni en la parálisis..

¿Habéis puesto algún sistema de cortafuegos?

Bueno, lo que decía antes. Hacemos un llamamiento a las organizaciones y colectivos a tener protocolos de seguridad, nosotros tenemos el nuestro, y a seguir en el trabajo y la lucha.

De todas maneras, que dentro de los movimientos sociales se infiltre la policía ya es bastante triste en esta supuesta democracia, ¿no te parece?

Sí. Al final, es una señal más efectivamente de que cualquier intento de organización independiente que no pase por el aro, que no pase por los cauces de la estrecha legalidad impuesta, pues te convierte en un sospechoso para el Estado. Es alguien a controlar, a vigilar y a derrotar, y lo hemos visto porque se han infiltrado en movimientos antirrepresivos, antifascistas, movimientos de vivienda, movimientos ecologistas… Cualquier intento de organización popular que se salga de lo establecido, de sus cauces, de sus instituciones va a ser controlado por el Estado porque, al fin y al cabo, es lo que no quieren.

Antes comentabas lo de la ley mordaza, primero la iban a abolir, ahora van a hacer una reforma de la reforma, que al final va a parecer lo mismo que la reforma laboral que dicen que es tan eficaz, pero se mantiene la precariedad y la explotación en las empresas, ¿qué pensáis de que no se derogue, porque en este momento son los tiempos de que la ultraderecha y los nazis están campando a sus anchas?

No podíamos esperar otra cosa. Como decíamos al principio la represión es consustancial al régimen y a este Estado, gobierne quien gobierne. Y obviamente, la derogación de cualquier ley represiva ni nada que suponga un avance en nuestros derechos, libertades y condiciones de vida va a venir del Parlamento (Congreso). Todo eso lo tendremos que arrancarlo luchando en las calles de una manera firme, unitaria, consecuente y independientemente de sus ‘partiduchos’, los sindicatos y las instituciones y demás. Todo lo que venga desde ahí no van a ser más que migajas.

Efectivamente en cuanto a la ley vamos a ver que se van a derogar tres o cuatro cosas. Es importante resaltar, porque en los medios se ha extendido mucho el principio de acuerdo entre el Gobierno y Bildu, que van a retocar cuatro cosas, lo que no se ha comentado es que hay un quinto punto del acuerdo que básicamente viene a cerrar el tema. El Gobierno ha acordado con Bildu como último punto del acuerdo que ‘cerramos esto y aquí se acaban los cambios en la Ley Mordaza para siempre’, para que no se vuelva a abrir a nuevas reformas. Están intentando, por lo demás, una línea de reformas que no afecta a nada sustancial, sino que se están garantizando meterla en un cajón, cerrarla con siete llaves y tirarlas al fondo del mar. Que ya no se vuelva a hablar y se quede como está.

Es lo que cabe esperar de ellos. Digamos que nosotros tampoco podemos cegarnos. Es una ley represiva que tenemos que tumbar y que supuso un retroceso en su momento en cuanto a libertades, pero que no sea el árbol que no nos deja ver el bosque. Que la represión ya estaba antes de 2015 y hay un todo un corpus represivo que siempre hacemos énfasis que va mucho más allá de la Ley Mordaza. Hablo de la ley de partidos, de los pactos antiterroristas, de la ley de extranjería, de la ley de huelga, que es del franquismo literalmente. Hablamos también de un montón de artículos del código penal que penalizan la protesta y la manifestación en múltiples formas; de la presunción de veracidad de la policía; de los múltiples delitos de opinión que hay, como el enaltecimiento del terrorismo, etc y que siguen estando vigentes. La Ley Mordaza, desde luego, es importante y urgente derogarla, pero no podemos olvidarnos de toda la retahíla de leyes represivas que ya estaban antes y aquellas que han ido aprobando después.

Se supone que el franquismo murió en el 75, pero han pasado más años que los que duró y seguimos parecido. ¿Qué piensas?

Seguimos igual. En última instancia seguimos igual. Poníamos como ejemplo hablar de libertad de expresión, que es algo que se puede trabajar. A principios de los sesenta, cuando el franquismo tenía el Tribunal de Orden Público (TOP), un tribunal especial para la represión política, el primer juzgado en el TOP es un tipo, Timoteo Buendía, que estaba en un bar, se había tomado unas cervezas, apareció Franco en televisión y dijo ‘me cago en Franco’. Cogen, le juzgan y se come, si no recuerdo mal, 10 años de cárcel. En el franquismo, en vez de tener constitución, digamos que había una serie de leyes elementales y fundamentales, en analogía a lo que sería la Constitución. Se reconocía la libertad de expresión de todos los españoles siempre y cuando no atentasen frente a los intereses del movimiento nacional, y patatín y patatán. Es decir, la libertad de expresión servía para decir lo que quisieras como ‘putos rojos’, pero este hombre cuando dijo ‘me cago en Franco’ le llevaron al Tribunal Orden Público, el tribunal de excepción para la represión política, y se comió 10 años de cárcel.

¿Qué tenemos hoy? Tenemos una Constitución, que en su articulado dice garantizar, de igual manera que las leyes excepcionales franquistas, la libertad de expresión de todos los españoles, pero luego tienes todo un código penal que lo matiza y matiza. Y tienes delitos de injurias, delitos de enaltecimiento, de no sé qué y no sé cuanto. Y nos encontramos a un montón de raperos, tuiteros que han pasado por la Audiencia Nacional, porque al mismo tiempo que te digo esto, el Tribunal de Orden Público en la falsa transición pasa a ser la Audiencia Nacional, que es uno de los grandes ejemplos que supuso la falsa transición. Es decir, un día se clausuró el Tribunal de Orden Público y al día siguiente nace la Audiencia Nacional. Hay una anécdota que dice que hay un tipo que cambió el letrero de la puerta con un destornillador y ya está. Siguieron los mismos jueces, los mismos fiscales… siguió todo. Hoy en día tienes una falsa libertad de expresión y tienes a raperos y tuiteros que han ido no al TOP, sino lo que hoy se llama Audiencia Nacional, pero sigue siendo un tribunal de excepción para reprimir a los antifascistas y sigue persiguiendo los delitos de opinión, y sigue siendo la misma farsa de libertad de expresión y sigue metiendo en la cárcel a un tío por decir cosas objetivas, que eran hechos sociales sobre las corruptelas del rey.

De lo del delito de enaltecimiento del terrorismo sé algo, por pedir que salieran los presos a la calle, aunque no avanzó.

Vaya, Tienes hoy que siguen reprimiendo los ‘ongietorris’ de los presos. En Euskal Herria hay una pila de compañeros que están encausados por el ‘ongietorri’ a Ibai Aginaga hace un par de años, y esto es increíble. No sólo va en contra de su propia legalidad, sino más allá cuando se tratan de presos políticos, que ejercen el derecho penal del enemigo contra los antifascistas. Si un tío sale de la cárcel, con la ley en la mano y con su derecho en la mano, una vez que cumples tu condena, ya has pagado tu delito, no eres ni un ladrón, ni un terrorista, ni eres nada. Has cumplido tu condena y has saldado tu condena con la sociedad. Sin embargo, te mantienen lo de terrorista, que es para toda la vida, y si le vas a recibir y le esperas, y si quieres reivindicar su derecho a tener sus ideas y sus principios, entonces te comes también la pena con él. Al final, es mantener la bota encima de la cabeza de quien no les baila el agua hasta reventar.

Lo que pasa es que la propia sociedad se ha achantado un poco, porque se hubiera mantenido y algunos grupos políticos les hubieran hecho frente igual no hubieran dado ese paso tan fácil, o se hubiera generado la tensión cuando se salía a las concentraciones de ‘Euskal Herria Askatu’, pero ahora les dijeron que no se podían hacer los ‘ongietorris’ y no se hacen en público.

Sí. Es claro, si mientras se ha represaliado y reprimido directamente y brutalmente a un montón de organizaciones revolucionarias, el resto de partidos, movimientos y demás, no hubieran mirado hacia otro lado, no sería igual. De aquellos barros estos lodos. Obviamente la represión se expande y se hace más general cuando el Estado aprieta a unos y a otros y los demás no responden, miran a otro lado que es lo que ha pasado aquí durante décadas. Están represaliando a esta gente, pero como son ‘terroristas’ o como hacen esto o lo otro, miro a otro lado y no me preocupo. Y ahora vienen a por mí, y qué pasa, que yo no me lo merezco, ellos sí, y yo no. Vaya.

¿Cómo veis los desalojos tras el reciente de Atalaya y supongo que habrá más casos?

Sí, obviamente, en Madrid venimos ya desde hace unos cuantos años sufriendo una ofensiva brutal contra los espacios autogestionados y ocupados, porque obviamente son los espacios donde nos podemos organizar al margen de las instituciones.

Digamos que si no quieres depender de un ayuntamiento, de un partido político, de un sindicato o de cualquier estructura institucional o de cualquier estructura estatal, ni depender de una empresa, de un banco, un nosequé y de condiciones económicas, lo que se abre son los espacios ocupados y autogestionados. Entre todos los derechos que nos quitan está la autodeterminación. Al final, nos obligan a estar al margen, esa gente lo sabe, no perdona y están detrás de un espacio tras otro. En Madrid desde hace unos cuantos años nos pasa desgraciadamente, como en La Ingobernable, La Traba, La Ferroviaria, La Amparitxu, la Atalaya, ahora, y al final la consigna que impera es la de toda la vida de ‘un desalojo otra ocupación’. Está más vigente que nunca y es más necesaria que nunca, porque con la situación económica que sufrimos nos va a tocar arremangarnos, solidarizarnos para que nos pille prevenidos y organizados.

En este último caso, es importante decir, por supuesto, con la plena participación, porque en el desalojo repentino de la Atalaya el otro día, en el cual mandaron a un ingente número de ‘maderos’, lo dirigió la Delegación del Gobierno español en manos PSOE y Sumar.

Que para repartir hostias son los mismos e iguales.

Claro. Sí, justo.

Por último, reclamáis la amnistía total, es vuestra principal reivindicación, pero ¿lo veis factible en este momento?

Factible, lo vemos. A corto plazo, no; sabemos que es para largo plazo y sobre todo que va a costar mucha lucha y muchos sacrificios. Somos conscientes de ello. Pero, como se suele decir, lo vemos necesario. Planteamos un programa de reivindicaciones antirrepresivas que puede parecer muy lejanas o difíciles de conseguir pero, por ejemplo, consideramos un mínimo necesario e imprescindible para empezar a hablar de democracia en este país. No podemos hablar de democracia, si hay presos políticos. No podemos hablar de democracia, si hay un tribunal de excepción como es la Audiencia Nacional; si hay tortura; si hay exiliados políticos; sí hay leyes represivas de excepción, como hemos dicho que las hay; si no hay una verdadera memoria histórica; si no hay un derecho de autodeterminación para las naciones, etc.

¿Es difícil? Claro que sí, pero es como si, obviamente pero no estamos para eso. No estamos para quedamos en casa; ir los findes al fútbol, pasear al perro, y ya está. Pero si de verdad te preocupa esto y de verdad quieres luchar es lo que te digo. Son las condiciones necesarias. Todo lo que no sean esos objetivos, será algún parche, alguna mejora que, desde luego, no vamos a rechazar, pero si queremos empezar a hablar de democracia en este país, hace falta hablar de amnistía para todos los presos políticos.

Hay casos que son dramáticos: Manuel Pérez Martínez, ‘Arenas’, 80 años ha cumplido en la cárcel; Lola López Resina, la catalana, 73 años… son gente mayor y sigue encarcelados.

Es lo que te decía antes, uno de los principales rasgos del carácter fascista y represor hasta la médula del Estado español es que se salta su propia legalidad. Has mencionado a Arenas, y otros tantos presos políticos que están enfermos o mayores, con la propia legislación en la mano tendrían que estar en la calle. No es que lo digamos nosotros, sino que lo dice su ley. Pero como son presos políticos, como no bajan la bandera, como siguen manteniendo firmes sus ideales y su ideología, les quieren dejar morir en la cárcel. No es otra cosa: exterminarlos en prisión, no les curan las enfermedades que tienen, que se mueran y que se pudran. Obviamente ante esto, nosotros ponemos la bandera de la Amnistía total. Cuando hay gente que resistiendo un chantaje feroz del Estado, que está jugando con sus propias vidas, y es gente que es capaz de resistir y mantenerse firme en una celda entre cuatro paredes de hormigón, pues nosotros otra fuera que tener más motivos para levantar nuestra bandera y luchar por la amnistía total, por muy difícil o lejano que se pueda ver.

Le entrevistamos Manuel Pérez Martínez, ‘Arenas’ y mantiene una gran claridad de ideas, y ha cumplido 80 años y sigue en prisión.

Sí, sí, ha cumplido 80 años y lleva 24 años dentro de un tirón.

Si quieres añadir algo, estás a tiempo.

No. Poco más. Hemos hablado de todo, Muchísimas gracias por darnos voz.

https://sareantifaxista.blogspot.com/2024/12/movimiento-antirrepresivo-de-madrid-si.html

 

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