Comunicado de los puestos políticos de Tirso de Molina

Los puestos políticos de la plaza de Tirso de Molina tienen una larga historia detrás. Se remonta a los años 1976-77, cuando empezaron a ponerse alrededor de la plaza de Cascorro puestos de propaganda política de Ateneos libertarios, colectivos de barrio y organizaciones marxistas, fruto de la efervescencia política de la época. En ese lugar sucedieron enfrentamientos continuos con la extrema derecha (Guerrilleros de Cristo Rey – Fuerza Nueva) que acudían a reventar esta presencia en la calle, y con la Policía Armada, que ponían el Rastro patas arriba al producirse carreras y enfrentamientos, generando una situación peligrosa en una zona llena de gente y ocasionando destrozos a los tenderos, que se quejaban de que la presencia policial espantaba a la gente. Tras los ataques ultraderechistas, el Ayuntamiento propone trasladar los puestos a un lugar cercano al Rastro, pero fuera de él. No será hasta 1978 cuando algunas secciones sindicales se animen a montar mesitas con propaganda y folletos en la plaza de Tirso de Molina. A mediados de los ochenta, los colectivos y las distribuidoras alternativas se trasladan a la plaza de Tirso de Molina junto con los puestos políticos anarquistas y comunistas que ya estaban asentados en este lugar, que se convierte en un punto de encuentro donde intercambiar ideas entre personas con inquietudes políticas y sociales, además de un lugar de difusión de información y de iniciativas. De esta época destacan dos hechos importantes: un ataque fascista y un desalojo municipal. El ataque a los puestos ocurrido el 20N de 1988 es repelido por un grupo de autodefensa de jóvenes autónomos que preventivamente se organizan para la defensa. Dos años después la concentración de autodefensa convocada para defender los puestos acaba con cargas, heridos y detenidos. Esta concentración de autodefensa de varios cientos de personas fue el origen en 1992 de las manifestaciones anti-fascistas del 20-N. También en 1992 los puestos sufrieron acoso por parte del famoso Matanzo, concejal de la Junta Municipal de la zona centro durante la alcaldía de Álvarez del Manzano. La policía municipal y nacional irrumpió en la plaza secuestrando el material y ejecutando una denuncia administrativa «por venta ambulante sin licencia». A pesar del desalojo la gente resistió montando cada mañana del domingo en la plaza con poco material por si se lo quitaba la policía. Durante los años 90 la plaza vive una gran efervescencia con muchos puestos y ambiente combativo convirtiéndose en un lugar de referencia donde informarse de convocatorias y movilizaciones o conseguir libros y publicaciones. La manifestación antifascista llega a congregar algunos años a más de 5.000 personas; en la realizada el 19 de noviembre del 2000 se producen cargas policiales que acaban con 7 detenidos y doce heridos (cuatro policías). Esta manifestación Atocha – Tirso dejó de realizarse en el año 2003.

En el año 2006 llega la remodelación de la plaza, algunos de los quioscos para la venta de flores están situados justo donde se montan algunos de los puestos políticos, es decir, se pasa por alto su presencia y se ven obligados a montar fuera de ella hasta que culminan las obras. Dos años más tarde un mitin neonazi legalizado en plena plaza provoca la respuesta antifascista y se celebra una contramanifestación que acosa continuamente el mitin neonazi impidiendo su normal realización y desatando los enfrentamientos por el barrio de Lavapies.

El pasado 19 de julio, en el contexto de una grave crisis social, política y sanitaria, y tomando por nuestra parte todas las medidas de distanciamiento y protección que son exigidas por las autoridades, los puestos políticos decidimos volver a montar nuestras mesas tras cuatro meses de forzosa espera. A las once de la mañana recibimos la visita de dos agentes de la policía municipal que nos amenazaron con poner sanciones e incautar los puestos por estar en la plaza sin licencia si no los retirábamos, como finalmente hicieron con el puesto de una compañera. Al igual que está sucediendo con el histórico mercado al aire libre de el Rastro parece que la intención del Ayuntamiento es aprovechar la situación creada por la crisis sanitaria para remodelar la zona, dando prioridad a los negocios de turismo, hostelería, tiendas… en detrimento de los antiguos puestos de Cascorro, Ribera de Curtidores… y de puestos como los nuestros obviamente, que como hemos visto en su larga andadura no es la primera vez que sufren estos ataques. Esta remodelación es parte del proceso de gentrificación que está viviendo el barrio de Lavapies en general, y la marca “Rastro” es un potencial foco de inversiones en la zona que quieren rentabilizar expulsando del mismo a los que le han dado vida en las últimas décadas.

Creemos que los puestos políticos de Tirso de Molina pueden ser gestionados con medidas de distanciamiento y protección acordes a las que tienen otros muchos mercadillos de la ciudad mientras dure esta crisis sanitaria, y que esta plaza debe seguir siendo lo que estas cuatro décadas ha sido: Un lugar arrebatado al Orden establecido para expresar otras opciones políticas, otras sensibilidades y otros pensamientos radicalmente en contra de la vida que nos imponen. Un lugar de expresión y encuentro para personas que buscan ahondar críticamente en las problemáticas sociales, más allá de lo que muestran los Medios de Incomunicación de Masas. Un lugar excepcional en todo España, incluso podríamos decir en Europa, que se consolidó por la lucha y la resistencia colectiva. Esto es solo el comienzo,

VAMOS A MOVILIZARNOS TODOS LOS DOMINGOS HASTA QUE EL AYUNTAMIENTO ENTIENDA QUE ¡LOS PUESTOS DE TIRSO SE QUEDAN!

PUESTOS POLÍTICOS DE TIRSO DE MOLINA.