Cebrián, González y la Pasionaria con capucha

Les felicito. Que Felipe González y Cebrián vayan a una Universidad Pública a marcarse un Rosa Díez de libro para luego lloriquear en un editorial de El País ha sido de las funciones que más me han emocionado de esta temporada teatral de la XII Legislatura. Y era difícil, porque el listón de esperpento está por las nubes.

 ¿Y qué es –diréis las no iniciadas- hacerse un Rosa Díez? Marcarse un Rosa Díez es anunciar a bombo y platillo una ponencia absolutamente random sobre cualquier tema, preferiblemente en una Facultad donde haya bien de rojillos y de insurgentes veinteañeras, que previsiblemente van a reventarla, bien por dignidad o por aburrimiento.  Pero al fin y al cabo, y con las tasas universitarias que pagan los estudiantes, poder pegarle una voz al Señor X es un desahogo incluido en el precio.

Es gracioso que ambos personajes se paseen por la Universidad Pública en tan señalado momento político, el uno, González, porque lleva años sin pisar ninguna y menos si no es privada y con un buen contrato por delante. Como su colega Aznar, él es más de Georgetown y Universidad Europea (¡pinta y colorea!) que de Autónoma o Somosaguas.
Al fin y al cabo, cuando el rojerío se partía la cara en las calles y las universidades, el militaba en las Juventudes Universitarias de Acción Católica, todo un rebelde con causa: la que le catapultó de Suresnes hacia el infinito y Gal Natural.

El otro, Cebrián, debiera preocuparnos bastante más: no chochea tanto, ha dejado todo atado y bien atado en PRISA, y tiene una buena estirpe continuadora de su obra. Tiene el cuajo de cobrar 13.300 euros por el Master de Periodismo de su propio periódico, donde es docente, por cierto, su propia hija,  con la promesa de "prácticas remuneradas" en el mismo medio. Un Juan Palomo para perpetuar élites y discurso. Y mientras Mr. X hacía el tontico con los democristianos sesenteros en Acción Católica, Cebrián era y es un hijo del régimen franquista: Su padre Vicente Cebrián fue un alto cargo de la prensa del régimen franquista y director del diario Arriba, órgano de comunicación de la Falange Española. Estudió en el Colegio Nuestra Señora del Pilar de Madrid, que es como la granja de la casta en versión cheli. En su adolescencia, según confesó en una entrevista a la revista Esquire, estuvo tentado a ingresar en la carrera eclesiástica, lo que le llevó a estudiar Filosofía y Letras, opción que luego desechó por el periodismo. Lo que se ha perdido la Iglesia y la que nos ha caído al resto. Quizá por eso del ramalazo beato y de la sangre franquista, Cebrián pase bastante de la transparencia y estos rollos modernos y esté mucho más agustito en el mundillo de la conspiración, el grupo Bildelberg, el Club de Roma, sus Panamá Papers y esas cosillas.

La Universidad Pública, o lo que queda de ella, es un espacio para el pensamiento crítico, el aprendizaje colectivo y el debate participativo. Al menos eso me creí yo cuando entré, y al menos eso es lo que andan esgrimiendo quienes se echan las manos a la cabeza por lo ocurrido y hablan que si blablablabla democracia que si blablablbla libertad. Por eso Felipe González no pinta nada ahí, porque acaba de orquestar un golpe en su propio partido para liquidar cualquier opción de un gobierno progresista en el Estado. Ergo, permítanme pensar, que un golpista y su vocero no tienen demasiada legitimidad para andarse paseando y provocando por la casa del saber, casa financiada y sostenida por el estudiantado que la defiende. Si saben cómo me pongo, pa qué me invitan.

En un sistema en el que se silencia y se criminaliza al que piensa diferente, -desde el "todo es ETA" a "Ha sido Pablo Iglesias", como gimotean algunos en el PSOE-r, es una reacción natural y hasta necesaria defender los pocos espacios en los que todavía podemos compartir conocimiento y opiniones y articular respuestas diferentes a las que nos dicta El País.

 Y por eso mismo el Editorial de El Pais al hilo de lo ocurrido en la Autónoma casa perfectamente con este teatro del esperpento que es la política española: el El País ya pasan de las explicaciones fundadas, la pluralidad o las buenas formas: van a tope. Cual Lidia Lozano, ellos prefieren ir ya al escándalo, al desquicie, a la demencia. Y no contentos con ello, hoy sacan a relucir a La Pasionaria para poder sostener sus argumentos farragosos, llenos de lugares comunes, sobre la democracia, la libertad o la libre expresión, palabras que a base de manosear para sus fines, han conseguido pudrir hasta dejarlas sin corazón.

Cebrián, deja a la Pasionaria tranquila. Como buen exfranquista, sabrás tu mejor que nadie que las heridas del pasado no cierran si no se limpian. Qué ruin, qué bajo es utilizar para tus oscuros fines a una mujer que lucho contra los padres de quienes tú  amigo intentáis alzar en un Congreso. Qué triste es que la saques del olvido para poner en su boca la defensa de corruptos y golpistas que apuntalan las ruinas del imperio contra el que ella luchó. Y es que hacen falta algo más que tres añitos en una escuelita de periodismo y un papá bien colocado para entender de qué va este oficio. Lástima que no lo entiendas peinando ya canas.

 Yo vengo de una familia progre de esas que compraban el País todos los domingos, con el suplemento infantil y todo, y recortaban los cupones para conseguir alguna mierda como un patinete que se desmontaba o una cámara digital de dudosa resolución. Hasta que un día mi señor padre estampó el periódico contra la pared del salón y nunca más se compró prensa papel. Nos volvimos 3.0 de golpe. Los suplementos se quedaron apilados unos cuantos meses más en la banqueta del baño, que es donde se leía el país en mi casa antes de la llegada del Smartphone a nuestras vidas. Y es que la propaganda PRISA no vale ya ni para entretenernos en la taza del váter, aunque por las mañanas todavía cagamos escuchando a Pepa Bueno porque somos animales de costumbres y porque ella lo vale.

No obstante, y aunque el guión esté escrito y la platea completa, aún podemos improvisar nuestra parte en la función. Por eso, seguiría de cerca las acciones e iniciativas* que se están gestando para la próxima sesión de investidura. Porque  si doscientas chavalas y chavales de una universidad pública a las afueras de Madrid han activado los resortes de la caverna, deben tener mucho miedo, ¿lo oléis?

Se cierra el telón.

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* http://www.republica.com/2016/10/19/la-coordinadora-25-s-llama-a-llenar-las-calles-el-dia-de-la-investidura-de-rajoy-para-frenar-otro-golpe-de-estado/

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