Cañada Real bajo la nieve: “No queremos albergues, tenemos un hogar, lo que pedimos es la luz”
En Cañada Real, sin luz ni calefacción desde hace tres meses, 4000 personas se congelan y siguen exigiendo el restablecimiento de la energía. No quieren ser trasladados a albergues, quieren luz en sus viviendas.
Foto: Vista de la Cañada Real cubierta de nieve este viernes en Madrid. EFE/Víctor Lerena
La tormenta de nieve que cae sobre toda la península y en la capital española da lugar a todo tipo de fotografías y postales, que se multiplican en las redes sociales. La nieve en el Parque del Retiro, los copos sobre la Cibeles y en la Gran Vía. Niños y adultos celebran el acontecimiento, con efímera sensación de ansiedad y alegría. Pero en Cañada Real, en la periferia pobre de Madrid, no se siente del mismo modo. Cuando no tienes luz hace tres meses y tus hijos se congelan literalmente por la noche, cada copo que cae agrava la pesadilla.
“La tormenta de nieve se vive desde dos puntos de vista totalmente opuestos. Por un lado, están los pequeños que como cualquier otro niño de cualquier barrio de Madrid ve la nieve con asombro y fascinación, y se disponen a abrigarse para salir a jugar con la nieve con la mayor inocencia posible. Y por otro lado estamos las mujeres, los ancianos y los jóvenes que vemos la nieve con preocupación, frustración y sobre todo con muchísimo miedo; miedo a que algún ser querido enferme, a que algún otro pequeño tenga que ser ingresado por hipotermia o a que suceda alguna otra desgracia” explica Yasmin Etteghilti, de Juventud en Acción Cañada, quienes trabajan junto a la asociación de mujeres Tabadol en Cañada real.
Cuando la situación ya es insostenible, y se esperan -12 grados en Cañada este fin de semana, el gobierno de Madrid ha salido a improvisar un plan para trasladar a la gente de Cañada a albergues temporales, en las instalaciones de una antigua fábrica. Pero esto es rechazado por las familias. “Lo vemos como una estrategia para tapar el problema real, y mover el foco de atención a eso. Nosotros sí tenemos un hogar, tenemos nuestras casas, lo que no tenemos es luz y es lo que pedimos que nos devuelvan. No queremos albergues eso no soluciona nada”, asegura Etteghilti. “No queremos albergues, tenemos nuestros hogares. Queremos pagar la luz, ¡solución ya!” podía leerse en varios carteles escritos sobre pedazos de cartón, este viernes.
En medio de un invierno duro, la empresa Naturgy no ha movido ficha y mantiene el argumento de que en la zona hay una sobrecarga de la red, que sería 7 veces por encima de lo normal. “Pero con el tiempo esta excusa se ha vuelto insostenible. Se les ha pedido varias veces que muestren una documentación que demuestre que hace 6 meses cuando había luz no existía ninguna sobrecarga y que en estos últimos 3 meses se ha producido esta sobrecarga tan abismal que ha permitidos que miles de familias se encuentren sin luz en el frío de enero”.
¿Y cómo se viene cubriendo el tema en los medios de comunicación? “Con la gran mayoría de medios se agradece la visibilidad que se le está dando al problema. Pero creo que también habría que enfocarlo de distintas maneras teniendo un pensamiento más crítico. Es decir, que investiguen y se planteen varios asuntos. Por ejemplo; si esto realmente sucede por una sobrecarga eléctrica, o si también puede ser debido a la especulación del suelo de la Cañada; que está haciendo el Comisionado de la Cañada Real ante el problema más urgente de este barrio y cómo piensa solucionarlo...”, concluye Yasmin Etteghilti.
Empresas como Naturgy o Endesa están presentando planes para quedarse con multimillonarios fondos europeos del fondo post-Covid, pero se niegan a garantizar la luz necesaria para la vida de miles de familias madrileñas. ¿Hasta cuándo los gobiernos de Madrid y el Gobierno español van a seguir siendo cómplices de este crimen social? Hace falta una solución de emergencia para la Cañada: regularizar la luz de forma inmediata, pero también es necesario luchar por la nacionalización, sin indemnización, de las empresas de energía. Para que sus ganancias no sigan aplastando vidas.