Ante la privatización del Canal de Isabel II

No hay que buscarle tres pies al gato, ni pensar en grandes elucubraciones, ni en manos negras, es mucho más sencillo que todo eso. Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid necesitan dinero, dinero que han tenido y no han sabido gestionar, dinero que han despilfarrado a espuertas, y que despilfarrarán si de nuevo les cae en sus manos, por ello pretenden privatizar el Canal de Isabel II, para tener dinero fresco y poder seguir derrochándolo.
Va en su naturaleza neoliberal expoliar al conjunto de la sociedad y enriquecer a unos pocos, pero no lo expresan así, sería demasiado claro, y eso no va con ellos, necesitan enredar, confundir y engañar a la opinión pública, para como dice el refrán: “A río revuelto ganancia de pescadores”, por lo que tenemos que escuchar tontunas de esta índole: "Qué mejor manera de obtenerlos (4.000 millones de euros por su venta) que salir a Bolsa y hacer que los madrileños puedan ser propietarios de acciones de su empresa de aguas", como si el Canal no fuera nuestro, o es que piensan que todos los madrileños podemos invertir en Bolsa. Por si esto no fuera suficiente, te escupen a la cara sin ningún tipo de rubor aquello de: “la gestión privada es más eficiente que la pública” o “que algunas empresas suponen una carga para el estado”. No hablaran precisamente del CYII, que año tras año produce beneficio, siendo una de las empresas públicas más rentables que tiene la administración.
El agua, el aire, la tierra, los bosques..., deberían de ser universales, no se puede poner precio a la vida y menos que el precio lo pongan unas pocas personas sin escrúpulos, ávidas de enriquecimiento. Estos elementos naturales no pueden ser gestionados por unos pocos individuos de muy dudosa honorabilidad, puesto que el resto estaríamos a su merced, y la vida, la nuestra, estaría en sus manos y eso nunca se debería de consentir.
El agua es un bien común, no se puede privatizar, pues privatizaríais un 70% de nuestro cuerpo. Y eso quitároslo de la cabeza, eso no nunca.







