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Madrid :: 04/12/2013

Stop acoso policial en Móstoles

Asamblea solidaria antirepresiva de Móstoles
Las acciones de la Policía Municipal tienen por objetivo acosar a algunos activistas, al Centro Social Okupado La Casika y al local asociativo Rompe el Círculo

La criminalización de los activistas de movimientos sociales no tiene nada de nuevo, aunque es preciso señalar que en nuestro municipio toma forma de abusos, acoso y montajes policiales. El objetivo de tales acciones represivas es la búsqueda de cabecillas entre los colectivos sociales de Móstoles sobre los que cargar responsabilidades legales, algo imposible dada la naturaleza de los mismos.

De forma invariable los activistas son acusados de atentado a la autoridad, desobediencia civil y desacato a la ley. También existen varios casos de personas que han sufrido abusos policiales en los calabozos y en las proximidades de las dependencias policiales. Otras personas están a la espera de juicio y siguen imputadas a pesar de haber demostrado las farsas policiales y tener testigos que lo demuestran.

Respaldadas en algunas ocasiones por el ayuntamiento, las acciones de la Policía Municipal tienen por objetivo acosar a algunos activistas, al Centro Social Okupado La Casika y al local asociativo Rompe el Círculo, espacios que se autogestionan, brindan alternativas gratuitas y desarrollan una labor social que el ayuntamiento no ofrece, sino que por el contrario recorta en la cobertura de dichos servicios sociales básicos en Móstoles.

Es preciso denunciar la represión por parte del ayuntamiento al Centro Social Okupado La Casika en los últimos tres años. Este acoso insoportable e inconcebible recae en gran medida sobre una persona, que sufre el abuso de poder y los montajes policiales con acusaciones falsas, inventando hechos y palabras e incluso siendo presionado por la policía en su puesto de trabajo. El proceso continúa a pesar de los métodos inadmisibles y de que él haya negado reiteradamente todas las acusaciones. La policía no parece entender que el CSOA La Casika es un espacio horizontal donde no existen responsables, donde se reúnen distintos colectivos y colectivamente se toman las decisiones, sin que ninguna persona esté por encima de otra. Su filosofía es NADIE ES RESPONSABLE DE NADA, TODXS SOMOS RESPONSABLES DE TODO.

Tampoco es de extrañar la impunidad con la que el Cuerpo Nacional de Policía actúa, dado el respaldo del Comisario Jefe Jesús Sánchez Manzano, que fue jefe de la unidad anti-explosivos (TEDAX) cuando acontecieron los atentados del 11M de 2004. Su carácter agresivo, autoritario y chulesco se ha puesto de manifiesto en multitud de ocasiones. Durante la jornada de Huelga General del 19 de Marzo de este año, el comisario Sánchez Manzano atacó personalmente a un pacífico miembro de los piquetes informativos, provocó tensión deliberadamente y ordenó a la policía cargar contra los vecinos que ejercían su derecho constitucional. Asimismo, ordenó arrestos arbitrarios e injustificados. Una manifestante fue detenida ilegalmente, fue con falacias imputada por atentado a la autoridad y continúa pendiente de juicio, pese a que los agentes no tienen presunción de veracidad en el juicio penal. Es una expresión de la estrategia para desgastar económica y moralmente a aquellos que protestan.

También durante la Huelga General del 14 de Noviembre, la presencia y órdenes del comisario Sánchez Manzano propiciaron la agresividad policial contra piquetes que hasta entonces habían transcurrido pacíficamente. Un coche patrulla hizo un alto en el trayecto a la comisaría para dar un paliza a uno de los huelguistas detenidos. Cuando algunas personas se dirigieron a comisaría a esperar la puesta en libertad de tres detenidos, el comisario ordenó un desproporcionado despliegue represivo y amenazó bravuconamente con dispersar a los vecinos a golpes.

Durante su gestión han aumentado las redadas policiales racistas contra inmigrantes, además de una vergonzosa brutalidad, como en el caso del ciudadano marroquí al que le fracturaron los dos antebrazos en comisaría.

El 18 de Octubre del año pasado, algunos medios se hacían eco de la denuncia del sindicato mayoritario de la policía mostoleña, UFP. La organización denunciaba que el comisario ordenó abrir una investigación para averiguar la autoría del agente o agentes que habían colocado pegatinas del sindicato criticando los recortes. En su paranoia personal, Sánchez Manzano solicitó a la Policía Científica que tomase huellas de las pegatinas y revisase cámaras que pudieran dar información del “disidente”. Como vemos, no sólo se erige como déspota ante los ciudadanos, sino también ante sus subordinados.

Hemos visto como en nuestro pueblo el ayuntamiento ha cerrado una residencia de ancianos, ha cedido espacio y recursos públicos a empresas de sanidad privada, privatiza polideportivos, recorta en servicios sociales y hace desaparecer fondos destinados a la vía verde. Mientras tanto las dotaciones, los coches y número de efectivos policiales han aumentado, zumban por las calles sus motores y sirenas, para asegurarse de que a nadie se le ocurra ponerle palos en las ruedas a esta carreta en dirección a la miseria colectiva. Ante todo esto no hay más remedio que quejarse y luchar, porque nunca se ha sabido que la Libertad haya nacido de la resignación.

¡BASTA DE REPRESIÓN EN NUESTRAS CALLES!

 

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