Alfon y el lenguaje del martillo
Estamos a las puertas del juicio contra Alfon, joven vallekano, antifascista y anticapitalista que participó en la huelga general del 14 de noviembre de 2012.
Alfon es el símbolo de un estado que se pudre y que lanza el aviso de que luchar no es gratis.
Si no luchas estás perdido, y si luchas, también. Tened cuidado, podéis ir a la cárcel. Llevamos años ya en esto de hacer montajes, sabemos como va. Además, el poder político está de nuestra parte. Nos paga, nos instruye, nos da palmaditas en la espalda. ¿No os enteráis? Estamos protegiendo sus intereses, sus millones, sus paraisos fiscales. No nos queda más remedio que daros de hostias y encarcelaros.
Ya hay muchos presos políticos en el resto del estado. Euskal Herria, Galiza, Països Catalans, Andalucía... pueblos llenos de luchadores a los que tenemos que frenar por las buenas o por las malas. Ah, y Madrid también. Tenemos el control en la gran capital, lo que pasa es que hay focos de resistencia dificiles de domar. Ocurre desde hace tiempo, desde hace muchos años. Los focos de resistencia madrileños no se dan por vencidos. Los apagamos y se vuelven a encender, como las velas de cumpleaños falsas. Y últimamente es peor, cada vez que apagamos un foco aparecen dos nuevos.
Por eso os pedimos que lo entendáis, y si no lo entendéis da igual. Necesitamos a Alfon, necesitamos el ejemplo de la represión. Necesitamos cortar de raíz que sigan apareciendo y creciendo los focos de resistencia. Necesitamos que entendáis que la lucha tiene un precio, el precio de veros rodeados por los muros de la cárcel.
El lenguaje del martillo es el que hablamos y es nuestra forma de comunicarnos con vosotros. Esperamos que nuestro lenguaje de miedo y de violencia penetre vuestros pabellones auditivos y os enteréis de una vez. Y si no os enteráis da igual. ¿Protestáis por un preso político? Eso no es nada, es solo la punta de iceberg. Os lo estamos avisando.
Y seamos claros, el peligro es evidente. Sabemos que nosotros tenemos más equipamiento represivo, una logística adaptada a los intereses de los que pagan, tenemos más dinero y la complicidad de los medios de comunicación. Pero también sabemos que vosotros sois más, y, sobre todo, tenemos un serio problema:
Sabemos que vosotros creéis con más fuerza en la victoria.